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"Leo literatura económica, pero nunca termino un libro"

martes, 28 de febrero de 2012
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Angélica Raigoso Rubio

Viajar a las Bahamas, en donde hace unos años adquirió una propiedad en la isla de Eleuthera, es uno de los pasatiempos del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo. El empresario hizo de Eleuthera su paraíso privado. Allí se dedica a montar en cuatrimoto, vestido en pantaloneta y sin escoltas.

El magnate toma vacaciones dos veces al año por periodos cortos, que algunas veces utiliza para viajar a Europa.  
Este hombre, nacido en 1933, y el penúltimo  de nueve hijos, es un convencido de que la mejor enseñanza en la vida es el ejemplo y eso fue precisamente lo que recibió de sus padres Georgina y Eduardo, quienes lo educaron con un régimen de disciplina tal, que  a quien no llegaba a almorzar a la hora fijada, le tocaba sólo la comida que estaban sirviendo o la que faltaba por servir".
A los 14 años, cuando los jóvenes de su edad querían ser futbolistas profesionales o practicaban cualquier otro deporte, el hobby de Luis Carlos Sarmiento Angulo era la contabilidad.
Tal vez por eso hoy tiene claro que nunca ha sido un buen deportista. Con toda tranquilidad, el empresario sentado en su oficina del Centro Internacional (Bogotá), confiesa que aunque ha practicado golf, atletismo y natación, y en ninguno de estos ha tenido éxito, como si lo ha tenido con su excelente manejo de la contabilidad,  la cual considera 'la biblia' de todo empresario.
"Una contabilidad rigurosa y oportunamente llevada, al día, y al minuto, nos suministra las alarmas que nos permiten determinar si paramos o nos da las luces para seguir", dice.
Un trabajador incansable
Hoy, a sus 79 años, se siente orgulloso de haber presidido su propia empresa durante 53 años, y al igual que cuando empezó,  sigue tomando las decisiones más importantes de su organización y haciendo análisis de cada una de las oportunidades de negocio que se le presentan.
Para ello se queda a diario hasta las 9 de la noche en su oficina porque, según dice, ese es el momento de mayor tranquilidad.
Trabaja doce horas al día y reconoce que en las otras doce debería dormir, pero se acuesta muy tarde y se levanta a las seis de la mañana.  
Aunque le encanta leer literatura económica y tecnológica, muy pocas veces llega al final de un libro, prefiere concentrarse solo en lo que le interesa por eso siempre tiene a la mano muchos textos a la vez.
Lo que si no deja pasar es la primera página de todos los periódicos. Selecciona las noticias que le llaman la atención, y las va leyendo de una en una, luego pasa a la página económica y de ahí al editorial, mira los titulares y lee el que le llama la atención. A esta actividad destina diariamente unos 45 minutos antes de salir de casa para ir a su oficina a donde llega  a las 9:00 de la mañana.
Aunque no se considera amante de la tecnología, no le falta un iPad, ni un teléfono inteligente de última generación. Una de sus aficiones y  a la cual dedica tiempo en su oficina, cuando puede, es a jugar sudoku, en el que se considera 'muy bueno' y con el que pone a prueba su inteligencia.
Los fines de semana le dedica tiempo a su familia, a su esposa Fanny y a sus 11 nietos, dos de los cuales ya hacen parte de la nómina de su conglomerado empresarial. Cuando decide no quedarse en Bogotá se va a una finca que tiene desde hace varios años en Bojacá en donde le gusta caminar. Otras veces prefiere irse a Cartagena.
 Una de las grandes pasiones de este magnate, quien se considera de buen genio, pero extremadamente impaciente, son las obras de arte y en su portafolio, del cual prefiere no detallar cifras, cuenta con cuadros de Obregón, Botero, Grau y Andrés Santamaría, solo por mencionar algunos. También le gusta comprar ropa que, según dice, adquiere en Colombia, sin desconocer que cuando está en algún país europeo visita centros comerciales para adquirir prendas que le llamen la atención.
Es un amante de la música clásica, pero no deja de escuchar otros ritmos como el popular. Disfruta de la buena comida y no aguanta la tentación de saborear un postre de cuajada con melao. 

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