El abogado caleño Rubén Darío Lizarralde, es quien llega a maniobrar las riendas de uno de los sectores más sensibles de la economía: el agropecuario.
En su paso por la cartera ministerial se verá enfrentado a un sin número de desafíos económicos que implican una verdadera agenda de competitividad para el sector agropecuario.
Su principal reto será sacar adelante el Pacto Agrario nacional que anunció en días pasados el presidente Juan Manuel Santos que contempla poner en marcha la ley de desarrollo rural, hacer efectivo el documento Conpes para la Altillanura y revisar las iniciativas para lograr construir políticas más claras sobre el empleo de terrenos baldíos.
Adicionalmente deberá darle mayor relevancia a la productividad agropecuaria pues si hay algo en que los jugadores del sector coinciden es en la necesidad de establecer una política que permita aumentar significativamente la eficiencia de las actividades agrícolas y pecuarias, aumentando la capacidad de producción y bajando los costos.
Para Carlos Maya, presidente de Asoporcicultores el nuevo ministro de Agricultura deberá promover políticas que redunden en el aumento de la producción y la eficiencia, por medio de instrumentos financieros, de asistencia técnica, sistemas de riego, de investigación y desarrollo tecnológico.
