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Analistas 05/03/2025

Par

Yamid Amat Serna
Creador conceptual

¿Cuál es la decisión más importante que usted ha tomado en la vida?

Larry Silverstein, empresario, billonario estadounidense de 93 años, dueño de Silverstein Properties, emporio de finca raíz norteamericano, compañía que ganó en 1980 una licitación de la Autoridad Portuaria de Nueva York, para construir el World Trade Center 7 al norte de las Torres Gemelas, y que posteriormente en julio de 2001, adquiriría la totalidad del complejo World Trade Center meses antes de los atentados perpetrados el 9/11 y quien además, es recordado por la reconstrucción del centro financiero, y por darle vida a la torre que hoy simboliza la esperanza y el progreso en medio del dolor y la tragedia, abordo recientemente este tema: La decisión más importante que un ser toma en su vida.

Lejos de lo que muchos pensarían, advirtiendo como podría ser obvio, las múltiples complejidades, retos y desafíos que su vida empresarial y de negocios ha determinado, estuvo su planteamiento, pues no hizo referencia alguna a ninguno de estos temas.

“La decisión más importante que uno puede tomar en la vida es con quién se casa, si es equivocada, todo será un desastre; si es correcta, todo será fantástico, el éxito profesional proviene del éxito de las relaciones personales”.

Es probable que muchos lo hayan hecho con el mismo propósito y deseo y que al principio o a mitad del camino, le haya entrado agua al bote hasta provocar su naufragio, también podría decir alguien, nadie tiene nada garantizado, que todo es subjetivo y que el tiempo va haciendo de las suyas, o simplemente que es una declaración romántica y pandita, todas las anteriores respetables, pero la gran realidad es que hay una enorme fortuna en quienes consiguen anteponer el relacionamiento humano, personal e íntimo por encima de los demás, quienes entienden que la construcción de la vida en par, es un motor capaz de remover cualquier tipo de obstáculo, de trasformar las dificultades en aliento e inspiración, de nunca rendirse, de sentir que las batallas también son pasajeras y que las crisis tienen principio y final, quienes entienden que en lo humano de compartir la vida juntos habita una gran fuente de entusiasmo, de elevación, de humildad, de alegría, de realización y propósito, se dan cuanta que todo es posible y que sin ello, tal vez todo se hubiera podido lograr, pero en desequilibrio, dejando de lado un elemento fundamental en el desarrollo de ser, ese círculo íntimo y cercano es proveedor de apoyo emocional y motivación, potencializa el aprendizaje, y nos enseña que en la vida el éxito no es un logro individual, sino una construcción colectiva, son las manos que nos sostienen en los momentos difíciles y las voces que nos alientan cuando dudamos, las que realmente nos impulsan a seguir adelante, la compañía nutre la determinación, amplifica todas las posibilidades, le brinda a todos los procesos un margen de acción mucho más claro y sólido, y sobre todo más profundo y duradero.

Algunas veces olvidamos o dejamos en segundo a quienes han caminado con nosotros, omitimos o minimizamos su importancia de manera injusta, cuando sabemos que todo, todo lo que se logra es siempre gracias a alguien que nos abrió una puerta, que nos dio un espacio, que nos esperó, nos acompañó, nos cuidó o simplemente, que siempre creyó en nosotros.

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