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Analistas 29/08/2022

Transformación sostenible

Sergio Rengifo
Director de Cecodes
Analista LR

En la actualidad se habla de la importancia para las empresas de acelerar las transiciones que, desde la primera Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, se vienen solicitando para alcanzar un futuro sostenible. Hace pocos días se cumplieron los 50 años de este evento en Estocolmo+50, y es claro que hemos avanzado, pero aún nos falta acelerar las transformaciones para consolidar el desarrollo sostenible.

Por esta razón, el llamado desde el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD, por su sigla en inglés) y CECODES, como su capítulo colombiano, es a actuar con urgencia para transformar los sistemas financieros, económicos y políticos que rigen en nuestras sociedades si queremos garantizar para todos el respeto y cumplimiento de los derechos humanos. La hoja de ruta que nos hemos propuesto para guiar al sector empresarial colombiano es la Visión 2050, la cual establece una idea compartida de un mundo donde más de 9 mil millones de personas podrán vivir bien, sin rebasar los límites del planeta.

Aquellas empresas que están implementando esta visión estratégica y la han fortalecido, han logrado un mayor rendimiento y resiliencia frente a los tres grandes desafíos globales del momento: emergencia climática, pérdida de la biodiversidad y la desigualdad. Para ayudar a las empresas a enfocar sus esfuerzos, nos concentramos en nueve caminos de transformación donde interactúan todos los sectores empresariales del país para identificar qué tanto se ha avanzado y qué nos falta por lograr.

El primero, y del cual se ha oído hablar en los últimos meses, es el sistema energético. Aquí, el objetivo es que se proporcione energía con cero emisiones de carbono, fiable y asequible para todos. Para ello, debemos gestionar las industrias y el transporte pesado, apoyados en la innovación, la electrificación y la circularidad. Ya hemos visto cómo más de 20 empresas colombianas se han comprometido con “carbono neutralidad”, por medio del programa de gobierno liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Ahora tenemos que inspirar a más empresas a formar parte de él.

El segundo camino es transporte y movilidad, en donde se espera obtener un sistema de transporte seguro, accesible, limpio y eficiente de personas y bienes; para lograrlo, las baterías, los combustibles bajos en carbono, la planificación de la infraestructura y el intercambio de datos serán herramientas vitales. Los camiones eléctricos que empresas del sector de alimentos han implementado en Colombia son un muy buen primer paso. Tenemos que acelerar esta transición a nivel individual, empresarial y colectivo.

El sector vivienda y construcción también ocupa un rol importante. El diseño, centrado en el bienestar, la salud humana y ambiental, y el respeto por los derechos humanos dentro de la cadena de valor serán los pilares para tener espacios de vida saludables e inclusivos que prosperen en armonía con la naturaleza. Algunos edificios en Colombia, que ya cuentan con certificación LEED, nos sirven de ejemplo para exigir y adaptar estos criterios en la construcción.

El uso de recursos en todos los sectores se debe optimizar para satisfacer las necesidades de la sociedad, con la premisa de que sus sistemas incluyan materiales y recursos que se regeneren. En este caso, la circularidad, la bioeconomía, el flujo de residuos y los avances tecnológicos constituyen el método más apropiado para ser eficientes en toda la cadena de valor. Conocemos casos donde los residuos de algunos procesos se convierten en materias primas de otros. En este punto, debemos incluir aún más al consumidor final para que todos hagamos parte de la solución.

El sector financiero debe propender a que el capital y los productos y servicios financieros, se movilicen para apoyar el desarrollo sostenible. Con los Principios de Inversión Responsable (PRI) y el cambio de cultura que ha tenido este sector, está surgiendo una sólida infraestructura de mercado para productos financieros que apoyan el desarrollo sostenible. Para dar un ejemplo, Bancolombia ofrece varias líneas de crédito sostenibles, entre ellas una atada a indicadores de sostenibilidad, es decir que las empresas pueden acceder a mejores tasas de interés siempre y cuando cumplan con unos objetivos pactados, lo que es verificado por un tercero. Incluso, logró acceder a financiamiento internacional con un mecanismo similar que le reconoce acciones puntuales de sostenibilidad a cambio de menores tasas. Este esfuerzo se debe escalar y acelerar para que no sea tema de algunos pocos.

La conectividad responsable une a las personas, mejora la transparencia, la eficiencia, e impulsa el acceso a las oportunidades. Por esto, el acceso universal a los servicios y plataformas digitales enriquecerá la interacción social y el compromiso cívico. Lo ocurrido durante la pandemia del COVID19 dio paso para que esta conectividad se acelerara por medio del estudio y trabajo en casa. Ahora, urgen regulaciones y garantías de accesibilidad para consolidar este reto.

En el sector salud, debemos buscar el nivel más alto posible de salud y bienestar para todos. Se deben promover los estilos de vida saludables, la alfabetización en salud, y restablecer la confianza en la ciencia. La salud mental, uno de los ítems de mayor auge en el sector, implica nuevos desafíos y enfoques para una mejor atención.

Los ecosistemas acuáticos prósperos sustentan la alimentación, la energía y la salud pública para todos. Se debe gestionar el valor del agua y administrar su mejor uso en todos los sectores. Al igual que en el punto anterior, aunque somos más conscientes del valor de los océanos y del recurso hídrico, ahora tenemos que actuar para protegerlo y mitigar el daño heredado.

Un sistema alimentario regenerativo y equitativo que produzca alimentos saludables, seguros y nutritivos para todos, debe basarse en esquemas robustos de agricultura regenerativa, en donde la distribución equitativa del valor a lo largo de la cadena genere transparencia y confianza. Los Negocios Inclusivos, concepto incorporado en Colombia por CECODES, ha sido una de las herramientas fundamentales para que varias empresas colombianas aporten al sistema alimentario sostenible.

Finalmente, es preciso recordar que toda transformación involucra tres grandes cambios de mentalidad: la reinvención del capitalismo para construir resiliencia de largo plazo e implementar un enfoque regenerativo con respecto de los negocios. Con esta hoja de ruta propuesta por el WBCSD y CECODES seguiremos transformamos empresas para mejorar vidas.

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