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Analistas 01/07/2022

Sostenibilidad institucional

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

Como rechazo al establecimiento, las pasadas elecciones presidenciales fueron la expresión de movilización social y de inconformidad, especialmente por los jóvenes. Aceptémoslo, Gustavo Petro, líder progresista, es nuestro nuevo presidente. Ante esta realidad, los colombianos todos tenemos que rodearlo para que, con el fin superior de la Patria, en este cuatrienio, en la línea de cambios estructurales dentro de la institucionalidad, haga un buen gobierno.

Es perentorio que prevalezca el Estado de Derecho, la seguridad de la alternancia de poder y los necesarios controles democráticos. La independencia de poderes y los contrapesos son vitales. Estamos expectantes para que esta máxima constitucional, ofrecida en campaña, se cumpla. Gran oportunidad para que nuestra democracia se consolide. La sostenibilidad institucional debe prevalecer.

Así, Petro, Márquez y su equipo, deberán encarar los grandes retos para un mejor futuro, siendo algunos de los principales, la disminución de la desigualdad social y que crezcan las regiones en competitividad y en empleo formal. Lo que ha sucedido en el lapso previo a su posesión, en algunos casos da señales en buen propósito. El llamado a la unidad democrática nacional y la conformación rápida de gobernabilidad, con la necesaria oposición en el parlamento, es un buen suceso.

Resalto también que, en el equipo del nuevo gobierno el líder en materia económica y fiscal sea el economista José Antonio Ocampo, con reputación internacional, ortodoxo con compromiso social; nominado como ministro de Hacienda, cargo que ocupará probablemente por el primer año, dejando marcada una nueva ruta en estas materias. De igual forma, están anunciados posibles ministros que dan tranquilidad a inversionistas y empresarios. Las empresas son la principal fuente de empleo, hay que cuidarlas, así como fomentar el emprendimiento.

A su turno, la anunciada reforma tributaria, con la arremetida de impuestos a las empresas, clase media y ciudadanos de a pie, va en contravía del crecimiento empresarial, de la supervivencia de las pequeñas compañías que son tejido base de nuestra economía; en contra de los pobres y además puede afectar el desarrollo regional. Esta medida alcabalera es inadmisible. Por fortuna, el nuevo Ministro sabrá equilibrar las finanzas con medidas de austeridad, ataque frontal contra la informalidad productiva, corrupción, evasión y contrabando, encontrando así fuentes de recursos para desarrollar los necesarios proyectos sociales.

Ahora bien, en relación a los contrapesos democráticos hay que aprovechar que nuestro país, desde lo social y cultural, es de regiones, por ello, se deben estimular liderazgos locales, que trabajen en armonía con este nuevo gobierno, pero defendiendo el interés auténtico regional.

En este análisis, para las próximas elecciones de gobiernos locales, deberían estar personas de reconocida capacidad, tales como Rodrigo Lara Restrepo para Bogotá, Fico Gutiérrez para Antioquia, Alex Char para Atlántico y Rodolfo Hernández para Santander. Es una forma complementaria de cambio que, dentro de la institucionalidad, con fomento a la educación, producción y competitividad regionales, construye una mejor Nación.

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