Estadística y formalidad

De manera general, la información de calidad y actualizada es la base para la planeación y para tomar adecuadas decisiones. Desde el Gobierno, para la construcción de políticas públicas, asignación de recursos y mejoramiento de la calidad de vida; desde lo privado, para planear inversiones y en general para el buen desarrollo de la actividad empresarial, fuente de empleo y riqueza colectiva.

El subdesarrollo está ligado a la falta de información técnica, suficiente y oportuna.

Ahora bien, los anticipos de información dados por el Dane sobre el Censo 2018, generan gran preocupación por las diferencias con las proyecciones de Planeación Nacional, con relación a la población, su ubicación y cómo viven los colombianos. El DNP proyectó que la población para este año superaría los 50 millones, lo que con el censo parece ser una cifra bastante inferior, permitiendo concluir que parte de las proyecciones estaban erradas.

La nueva información hará cambiar la forma de entender el país, sus regiones y sus necesidades. La sola circunstancia de saber que la población colombiana es de 46 y no de 50 millones conlleva implicaciones de todo orden. En lo empresarial, la demanda de productos y servicios es otra; el mercado de consumo puede estar mal proyectado, es menor, pero con mayor ingreso per cápita.

La informalidad, uno de los males endémicos de nuestro país, dificulta la obtención y la confiabilidad de la información, distorsionando las estadísticas. Si bien, los censos son muy costosos, son obligatorios. Los gremios empresariales y entidades como las cámaras de comercio deben contribuir en este propósito. La mitad del comercio es informal, la mitad de las viviendas se edifican sin licencia de construcción, por solo mencionar dos casos. Por lo anterior, el planeamiento territorial, económico y social es deficiente.

Además del trabajo del Dane, que tiene la obligación de mantener una información confiable y actualizada, el Gobierno y el comercio pueden utilizar las instituciones de investigación, los gremios empresariales y en particular las cámaras de comercio, para mejorar la información y las estadísticas necesarias para entender y planear el futuro de nuestro país y sus regiones.

De manera complementaria entonces, las cámaras de comercio, que son personas jurídicas de derecho privado, de carácter corporativo y gremial, gobernadas por los comerciantes afiliados, tienen a su cargo dicho registro y la estadística e información de los comerciantes y en general de las actividades empresariales en su jurisdicción. Información relevante y precisa para la toma de decisiones de política pública, de fomento y apoyo a la actividad empresarial.

Vale destacar que la confiabilidad de las cámaras de comercio no solo está en su registro público, sino también en las investigaciones, estudios, certificación de costumbres mercantiles, servicios de información empresarial, promoción de actividades de veeduría cívica y en general gestiones que tienden al fortalecimiento y la formalidad del sector empresarial.

El Gobierno nacional debe formular políticas con información reciente como la recolectada por el Dane y el DNP y sobre todo cualificada como la que tienen organismos multilaterales e instituciones como Anif, Fedesarrollo, los gremios, los centros de investigación de las universidades y en particular las cámaras de comercio.