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Asistí al foro, ¿Hacia dónde va la economía de Antioquia?, organizado por la Cámara de Comercio de Medellín y Fenalco. Se plantearon buenos balances, incluso remando contra la corriente y ante la animadversión de un presidente que trunca el desarrollo regional, estigmatizando a los antioqueños.
Las cifras fueron alentadoras y recordé la apuesta que en los noventas se hacía con el título de “Visión Antioquia Siglo XXI”, cuando se nos subía el regionalismo, aspecto con el que hay que tener cuidado porque regularmente envalentona más de la cuenta. El esfuerzo de ese entonces, aunque no atinara con las metas en su totalidad, no fue en vano.
Era una visión a largo plazo que articulaba aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales con el concurso de ProAntioquia, gremios, líderes y autoridades bajo el alegórico sueño de que Antioquia fuera la mejor esquina de América. Sin duda, la georreferenciación de esquina y vértice anunciaba la no despreciable calidad de puerta y acceso, pareciéndose al apetecido local en esquina con corredor y amplios accesos, una provocativa y escasa descripción ofertas inmobiliarias que garantiza visibilidad y movilidad.
Antioquia va bien y Urabá mucho mejor. Sobre el ansiado puerto, el foro inició con una expresión inquietante: “Urabá escogió al puerto”. Al mismo tiempo que se planteó la fundamentalidad de conectarlo con Buenaventura y el área Metropolitana del valle de Aburrá, se promulgó con orgullo que “El desarrollo de Urabá es para Urabá y con gente de Urabá”, enunciado que promete no descuidar a sus habitantes. El 70% de su población es joven, un dato fundamental a la hora de capacitar y generar condiciones para que la juventud encuentre en su territorialidad la oportunidad de desarrollar sus talentos.
Si bien hay evidencias y potencialidad, también hay desafíos futuros dado que Urabá tiene 600.000 habitantes y calcula tener un millón en 20 años, priorizando entre otras cosas: viviendas, infraestructura vial y hotelera. De igual manera queda una gran tarea por implementar, porque, aunque la región quiere generar seguridad e infraestructura, necesita reglas de juego claras en con los POT municipales: concretos, con tiempos de respuesta precisos y a tiempo y ojalá con apoyo departamental y nacional.
Por otro lado, hay un dato relevante para la consolidación de las iniciativas empresariales, la mayoría de microempresas de Urabá pertenecen al sector comercio y con ellas se debe hacer mayor esfuerzo en la formalización empresarial, más allá de tenerlas inscritas en el registro mercantil. Para terminar el balance, recojo la tesis emitida por Augura: “Hay que ‘desbananizar’ a Urabá”, destacando que la zona tiene otros potenciales.
Qué gran región es Antioquia y que estupenda esquina es Urabá, ambas requieren una carta de navegación, acompañada de vigías, observadores y promotores, garantes para que la iniciativa se mantenga a largo plazo, desafío de la anhelada Agenda Antioquia 2040 ¿Cómo estamos y hacia dónde vamos? Habrá de ser la pregunta de toda persona, organización y territorio ¿Cómo y hacia dónde va Colombia? Que sea la cuestión siempre.
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