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Analistas 18/09/2019

Exportaciones agro-industriales: casos desde Chile y Perú

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Decíamos recientemente que, mientras Chile ha llevado sus exportaciones agro-industriales a los US$16.000 millones y Perú a cerca de los US$10.000 millones, Colombia continúa estancada en los US$7.000 millones/año. Esto, a pesar de que las condiciones de tierras son mucho más favorables en nuestro país. La explicación de este fracaso en la diversificación exportadora de Colombia tiene orígenes de índole geográfica (dificultades para superar el “encajonamiento”) e institucional (falta de adecuada provisión de bienes públicos, bien sean los distritos de riego, las aduanas o el Invima), ver Informe Semanal No. 1472 de agosto de 2019.

En el fondo se trata de un problema de “Costo-Colombia”. A los conocidos sobrecostos de transporte, deben añadírsele los relacionados con los insumos energéticos y laborales. No por nada Colombia se ha ganado el calificativo de la “Nepal de Suramérica”, donde la relación de bienes [Exportaciones + Importaciones] / PIB es tan baja como un 35%, frente a los valores de 45% en América Latina, para no compararnos con 80% de México o 57% de Chile.

Si bien se han hecho algunos esfuerzos por superar la atomización de la tenencia de la tierra y su ineficiente uso (vía Zidres), todavía se tiene serios obstáculos, tales como: i) su limitada aplicabilidad al territorio agrícola explotable; ii) su tramitomanía a través del Consejo de Ministros; y iii) la desactualización catastral rural (ver Comentario Económico del Día 9 de julio de 2019).

Así, las exportaciones agro-industriales de Colombia permanecen estancadas desde hace ya una década, cosa muy distinta a la que sucede en Chile o Perú, donde se aprecia una gran dinámica agroexportadora. Ello se traduce en que mientras Chile mantiene una penetración agroexportadora cercana a 6% del PIB y Perú de 4% del PIB, Colombia apenas alcanza 2% del PIB. Veamos esta divergencia agroexportadora con mayor detalle.

Colombia sumó unos US$7.200 millones en exportaciones agro-industriales en 2018, con crecimientos tan bajos como un 0,9% anual durante la última década. Esas exportaciones agro-industriales se han concentrado cada vez más en: i) café (32% del total); ii) flores (20%); y iii) banano (12%), ver cuadro. Estos tres productos explican 64% de ese tipo de exportaciones, haciendo evidente que Colombia tiene un grave problema de falta de escalabilidad exportadora en productos agro-industriales. Incluso, productos relativamente exitosos como el aceite de palma crece tan solo a 3,4% anual (sin superar los US$450 millones/año) o como el azúcar creciendo a 7,9% anual (pero representando solo US$333 millones/año). Los sonados casos de exportaciones de aguacate-hass desde Colombia tan solo llegaron a los US$60 millones y las uchuvas apenas superan los US$30 millones.

Por contraste, las exportaciones agro-industriales de Chile alcanzaron los US$16.500 millones en 2018, creciendo a 4,4% anual en los últimos diez años (vs. el 0.9% de Colombia, antes comentado). Se destacan las exportaciones de salmón (29% del total) y de uva (7%). Mas aún, el “exótico” producto de cerezas ya representa también 7% de ese total, totalizando US$1.000 millones/año. Nótese la variada oferta agroexportadora de Chile, donde cerca de la mitad de ellas corresponden a variados productos, tales como: i) arándanos; ii) carne de cerdo; y iii) trucha.

El caso de Perú es igualmente ejemplar, alcanzando en exportaciones agro-industriales cerca de US$10.000 millones en 2018, representando crecimientos de 7,1% anual en la última década. Esto implica haber duplicado ese valor agroexportador en diez años. Allí se destacan los productos procesados del pescado (16% del total), uvas (8%) y aguacates (7%), donde este último producto ya supera los US$700 millones/año (vs. los pobres US$60 millones de Colombia).

Esta diversificación exportadora de Perú se ha alejado del café y volcado sobre el exitoso caso del arándano, alcanzando los US$500 millones/año, ya muy cerca de los US$682 millones del café.

En síntesis, Colombia, en vez de estar contratando tanto “académico-nebuloso” de Harvard, debería hablar directamente con el sector privado de Chile y Perú para que nos expliquen cómo fue que lograron semejante éxito agroexportador. Seguramente nos ilustrarán el detalle sobre construcción de la cadena de valor, empezando por las técnicas-agrícolas, pasando por sus empaques y cerrando con los temas de transporte y burocracia-pública. Si ellos, Chile y Perú, lo lograron, ¿por qué no habríamos de lograrlo nosotros? Las respuestas están en los valles de Valparaíso en Chile y La Sierra en Perú hablando con el sector privado; no tanto en el Banco Mundial, Harvard o en la búsqueda de subsidios en el presupuesto público.

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