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Analistas 16/11/2022

Visión y liderazgo en 100 días

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

Mi profesor de liderazgo, Dean Williams, definía que “el reto real de un líder es lograr que la gente por sí misma enfrentara la realidad y desarrollara estrategias para manejar los problemas y tomar ventaja de las oportunidades”. Ahora que se han cumplido los primeros cien días del gobierno de Gustavo Petro, quisiera analizar sus resultados bajo ese prisma. Porque también advierte Williams sobre los líderes que exponen una visión y esperan que el público la siga sin cuestionamientos. Lo llama “liderazgo falso”. El problema aquí es que se “limita la capacidad de la población para anticiparse y reaccionar a circunstancias cambiantes”. El resultado más común es que cuando “la visión del líder es fallida, toda la organización sufre”. La organización en este caso es Colombia.

Frente al Presidente, ubico más su estilo en el plano del liderazgo falso y muy probablemente visión fallida. Petro cree decididamente que el tiene las respuestas absolutas para Colombia y que es sobre esas ideas que lo eligieron. Quienes hicimos el trabajo de leernos su programa de gobierno encontramos muchos diagnósticos y definiciones bastante complicadas y en leguaje disperso, pero pocas propuestas concretas de soluciones. Seamos francos…ese programa no lo entendió nadie. Lo que eligió a Petro no fue su visión especifica de la problemática nacional sino su sintonía con el desgaste acumulado de los últimos gobiernos y el deseo de un electorado joven y diverso por un cambio real, sin saber exactamente esto que significaba. Desde aquí empieza el problema.

Por otro lado, se confunde a la opinión publica con temas como la necesidad absoluta de una reforma tributaria de $20 billones, impactando el crecimiento en medio de una desaceleración mundial y alta inflación. Se nos nubla la realidad cuando se nos impone que tenemos que cesar la exploración y explotación de hidrocarburos, cuando sus aportes a la economía y el crecimiento son indispensables en este momento. Frases del Presidente al afirmar que “si Colombia usa todas sus reservas de carbón la humanidad muere” muestran que nos quieren llevar ala cueva, como Hamelín, con un soneto ambientalista falso. El costo de esa “visión fallida” ya la hemos pagado todos en devaluación y empobrecimiento relativo, con nuestro principal activo público, Ecopetrol sustancialmente desvalorizado.

Otro humo peligrosísimo que nos están vendiendo es que tenemos “el peor sistema de salud” según la ministra Carolina Corcho. Va en contra de todas las mediciones de referentes internacionales que se han hecho por parte de la Ocde y la Organización Mundial de la Salud. The Economist lo ubicó en el top 10 de los mas inclusivos del planeta. No tengo ninguna duda que se puede mejorar aun más, pero partir de la premisa del caos para destruir algo que funciona bien y sin tener claridad sobre lo que lo reemplaza, es una receta segura para el desastre.

Mientras tanto, en palabras del profesor Williams, ¿cómo estamos gestionando realmente nuestros problemas y tomando ventaja de nuestras oportunidades? Aprobar la Tributaria no es garantía que nos conduzca a un sendero de crecimiento sostenible y estabilidad fiscal. Aprobar la Paz Total no nos asegura que el ELN, las disidencias de las Farc, y las bandas, cesarán sus actos terroristas y criminales, y habrán asumido penas y reparado a sus víctimas. Eso lo veremos en el 2026. Lo que sí tenemos como causa-efecto actual es la política energética donde el resultado es que estamos afectando gravemente la confianza de los mercados y desaprovechando una oportunidad de oro en términos de precios y mercados. ¿Es esto liderazgo? Absolutamente no.

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