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Analistas 28/09/2022

Ruido mundial, pausa en Colombia

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

Atravesamos un panorama de gran incertidumbre mundial, y en consecuencia, mucha volatilidad en los mercados. La decidida respuesta de Ucrania, con apoyo de Occidente, a la invasión de Moscú, ha puesto a Putin contra las cuerdas y ahora lanza amenazas nucleares. El invierno se acerca y la sobre dependencia de Europa, especialmente de Alemania, del gas y petróleo ruso, ha multiplicado sus costos de energía y hace más probable una recesión. Las bolsas mundiales han caído fuertemente y el dólar, como moneda de refugio, se ha apreciado considerablemente.

La política ha aportado su cuota a esta ecuación. La extrema derecha gobernará Italia y se prevén dificultades al interior de la Unión Europea. En Francia, el presidente Macron no cuenta con mayorías en la Asamblea Nacional, y en España la gobernabilidad de Sánchez pende de un hilo. En Reino Unido, el nuevo gobierno de Liz Truss, presenta un presupuesto, en medio de un alto déficit, respaldado por mayor deuda, y la libra esterlina se acerca por primera vez en la historia reciente, a la paridad con el dólar. En Estados Unidos se acercan las legislativas de noviembre con la posibilidad de que el Partido Republicano, dominado por Donald Trump, recupere la Cámara de Representantes, y posiblemente también el Senado, lo que pondría un freno a la agenda del presidente, Joe Biden.

En fin, estamos casi frente a una tormenta perfecta política y económica, donde la guerra, la polarización, y la recesión extienden su sombra sobre el mundo. Sorprendentemente en Colombia, las expectativas económicas siguen siendo halagadoras para este año. La mayoría de las analistas esperan que el PIB crezca alrededor de 7%, menor que el año pasado, pero muy por encima del promedio mundial y el de América Latina. El problema es que se espera una fuerte desaceleración para 2023 con una tasa de crecimiento que podría desplomarse a 2%. No sorprende entonces la caída de la Bolsa de Valores de Colombia y sus títulos emblemáticos, particularmente Ecopetrol, que es un gran activo de la nación. Los mercados generalmente se anticipan meses al futuro y nos dan señales de advertencia.

¿Qué habría que hacer? No añadirle combustible a la hoguera sería la respuesta obvia. Y la manera de hacerlo es dar una pausa en iniciativas que añaden a la incertidumbre y a la volatilidad. No estoy sugiriendo que el gobierno vaya en contra de su agenda, pero sí que se concierten las que más pueden generar inquietudes o incluso pánico. Los ajustes que se están haciendo en la ponencia de Reforma Tributaria van en la dirección correcta y es una buena señal, aunque hay mucho trabajo por delante.

Y si bien muchos no estamos de acuerdo con avalar la dictadura de Maduro, el restablecimiento de relaciones comerciales con Venezuela parece sensato toda vez que suple contrabando por comercio formal. Lo de la reforma a la salud sí es otra cosa muy distinta porque pone en riesgo un sistema que, con todas sus fallas, ha sido exitoso en cubrimiento y calidad. Por ahora, será este un tema del próximo año, como espero que también lo sea el tema de los hidrocarburos.

El hecho es que, ante un panorama mundial impredecible por ahora, y con una dinámica económica local positiva, pero con claras advertencias de los mercados, el gobierno Petro debe entender que es momento de escuchar. Las marchas multitudinarias del pasado lunes son prueba fehaciente de las preocupaciones de muchos colombianos y no pueden ser ignoradas. Sí, tenemos un gobierno de izquierda, pero también una economía de mercado y una democracia viva y deliberante. Y estas tres realidades pueden y deben converger.

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