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Analistas 03/08/2022

Crecimiento y Policía Nacional

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

No me canso de decirlo. El mejor legado que puede dejar un gobierno es el crecimiento económico porque todo lo demás lo hace posible; sea una mayor recaudación tributaria, sea mayor oferta de empleo, un mayor consumo, menor pobreza, etc. Y en esto, el gobierno Duque cierra con broche de oro. Tras una cifra récord de 10,6% en 2021, los analistas prevén que este 2022 la cifra de crecimiento estará por encima de 6%, lo que pone a Colombia por dos años seguidos en el top de las grandes economías latinoamericanas. Tamaño logro.

Más destacable incluso es que entidades como el Fondo Monetario Internacional, que han reducido sus estimaciones a nivel mundial, se las siguen aumentando a Colombia. Aún cuando hablamos de 2023, se estima que creceremos 3,5%, mientras que al conjunto de la región le asignan 2%. Es entonces en esta variable donde enfrenta el mayor reto el presidente electo, Gustavo Petro, y el equipo económico liderado por José Antonio Ocampo: ¿cómo lograr mantener esta senda mientras el mundo avizora desaceleración e incluso recesión en algunos países, en un ambiente de alta inflación y mayores tasas de interés?

En esta nota paso al otro tema de esta columna, que es lo que está ocurriendo ahora con nuestros uniformados. No hay tema más estremecedor e inquietante que el “Plan Pistola” desatado contra nuestra Policía Nacional por el Clan del Golfo. En lo corrido del año se han cobrado la vida de 36 hijos de la patria cuyo único crimen era servir para proteger la vida y los bienes de colombianos.

Y me cuesta creer que el repudio más contundente solo provenga de parte del gobierno y de los gremios que se pronunciaron recientemente, aunque reconozco que voceros del gobierno entrante han rechazado los hechos. Pero yo me pregunto…¿dónde están los defensores de los derechos humanos? ¿Vale menos la vida de un policía que la de cualquier otra víctima de organizaciones criminales? Realmente es vergonzoso el doble rasero que se maneja cuando se trata de bajas de nuestra Fuerza Pública. A estos héroes inmolados y a sus familias todo el honor y reconocimiento profundo.

Pero el tema puede ir más allá de los dolorosos casos personales, y empezar a tener consecuencias institucionales serias. Un informe de la unidad investigativa del diario El Tiempo informa que 9.882 miembros de la Policía se han retirado en 19 meses. Y si bien los retiros son normales, ya que se puede pedir la baja con 20 años de servicio, según el informe, la tercera parte de estos retiros no se explican por esta razón. Muchos aducen la incertidumbre del futuro de la Policía en Colombia, y sentirse solos en su defensa frente a procesos instaurados contra ellos por ONG.

Si a esto le añadimos que llevan casi dos años, desde los primeros disturbios a finales de 2019, siendo acusados injustamente de violentar a la población civil y hasta de “sacarle los ojos” a los jóvenes, podemos tener una idea de la baja moral entre sus filas. Esto debe ser un motivo de preocupación nacional, especialmente para el nuevo gobierno que debe dar luces prontamente del direccionamiento que le dará a la institución, para brindar así certidumbre a sus integrantes.

La seguridad ciudadana es uno de los bienes más preciados que puede tener una sociedad, ya que posibilita la tranquilidad y la vida. Con todas sus deficiencias, pero con inmensas dosis de patriotismo y sacrificio, la Policía Nacional ha evitado que nos avasalle de lleno el caos de la violencia y la delincuencia en nuestros campos y ciudades. Y por eso es hora de que le mostremos con hechos solidaridad y, sobre todo, un futuro.

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