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Analistas 27/04/2022

Competitividad y el Valle del Cauca

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

Recién ha sido lanzado el nuevo Índice Departamental de Competitividad 2022, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario. Su importancia radica en brindar a las regiones una vara de medición, pero también brinda un repositorio de buenas prácticas que puedan ser replicadas y/o escaladas. La estructura de sus mediciones tiene cuatro grandes componentes: condiciones habilitantes, capital humano, eficiencia de los mercados y ecosistema innovador. Cada uno con una serie de pilares que suman 13 en total. Me llamó mucho la atención la mención que los indicadores deben “depender, en lo posible, de la gestión de las autoridades regionales”. Acertado, pero complicado a la vez.

La triste noticia es que el Valle descendió dos posiciones al sexto lugar desde el ranking de 2021 y salió de los primeros cinco punteros que, ahora, en 2022 lideran en su orden Bogotá, Antioquia, Santander, Risaralda y Atlántico. Esta situación no es natural para un departamento que, por su población, multitud de ciudades, economía y su posición estratégica, debería estar entre los tres primeros. Y la razón no se encuentra en que otros departamentos hayan subido su puntaje, aunque algunos sí lo hicieron con gran mérito en un año de pandemia. El problema es que el Valle descendió su puntaje de 6,35 a 6,26. Es más, si se hubiera mantenido el puntaje, en este momento estaría de tercero en la fila.

Para ver qué pasó en este caso particular tendremos que mirar los descensos por pilares. En el pilar de instituciones, el Valle pasó del segundo lugar al tercer lugar con una pérdida significativa en el puntaje. Lo increíble es que en el pilar de infraestructura, en un departamento con la mejor cobertura de autopistas, se pase del puesto 12, de por sí bastante regular, al puesto 15.

Habría que ver qué tanto jugaron las demoras en la concesión de la Malla Vial del Valle, la Vía Buga-Buenaventura, y la Mulaló-Loboguerrero. Aunque en estos proyectos, debo decirlo, no hubo falta de gestión por parte de la región. En el pilar de Sostenibilidad Ambiental, también se registró un descenso de tres puntos, del puesto 9 al 12. Un campanazo de alerta para otrora entidades insignes como la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC). Gravísimo el posicionamiento en el pilar de Educación Básica y Media, donde a pesar de haber aumentado ligeramente la puntuación, se mantiene el puesto 24. En el pilar de Educación Superior y Formación para el Trabajo también decae dos posiciones al puesto 8, a pesar de la formidable fortaleza y oferta del clúster universitario de Cali. No todo son malas noticias para el Valle del Cauca. En el pilar de Entorno para los Negocios mantuvimos nuestra quinta posición con un ligero aumento de la puntuación. Notable el pilar de Mercado Laboral, donde se escalaron cuatro puntos a la posición 10, aunque aún hay espacio para seguir adelantando. Ni qué decir del pilar de Sofisticación y Diversificación, donde se mantiene la primera posición a nivel nacional…muy significativo.

Pero habría que preguntarse, con motivo del primer aniversario del paro nacional, cuánto este pudo incidir, por sus desmanes violentos, sus bloqueos y la interrupción de cadenas productivas, del cual el Valle del Cauca fue de lejos, con el Cauca, la mayor víctima. Lo que sí es un hecho es que los resultados de este índice no representan buenas noticias para un departamento, que con la pujanza que lo ha caracterizado a lo largo de su historia, tendrá que redoblar la apuesta para recuperar su posición de liderazgo.

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