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Lo de la joven representante Saray Robayo alcanzaría para hacer una tesis de maestría sobre la mentalidad política y la narco cultura aún tan presente en Colombia. Una mujer de la alta sociedad de Montería (región espectacular) que termina orgullosa contando sus anécdotas sobre cómo tuvo encuentros íntimos en una cárcel con uno de los hombres referentes de la corrupción más deleznable de la historia del país.
Lo del amor puede entenderse. El amor es el amor y es difícil remar contra él cuando llega y sorprende sin preguntar, aunque sea de una persona como Tapia.
Lo que definitivamente nadie, ni el más sesudo asesor político podría explicar, es cómo a alguien le pareció inteligente dar una entrevista junto a Tapia como si fuera un prohombre, y además contar anécdotas íntimas dentro de una cárcel. No es solo un suicido de marketing político sino un hecho de pésimo gusto.
Emilio Tapia se robó al país dos veces. Dos veces fue condenado por robarse las obras y los contratos públicos que son pagados con los impuestos de todos. Con ese contexto es verdaderamente injustificable que a Robayo le pareciera que para su imagen y su estrategia política podía ser bueno salir a contar cómo lo visitaba en la cárcel como si nada.
El resumen de esa corta entrevista que no llegó a publicarse es que el “prime” de la narco cultura sigue en su máximo resplandor. Un delincuente, si tiene poder económico, ya no es tan delincuente. Un condenado dos veces por robarse al Estado si mantiene su fortuna no es tan repudiable.
Si el corrupto mantiene su dinero entonces lo de corrupto pasa a un segundo plano. Porque corrupto, sí, pero millonario. Y como a todos les gustan los millonarios entonces no hay vergüenza. Lamentable.
A Saray Robayo le pregunté hace un par de meses sobre su relación con Tapia. Sin ningún problema lo aceptó por chat. Eso es incomprensible porque la congresista se indignó ante la noticia de un medio que señalaba que ella estaba visitando a Tapia en la cárcel. Puso un trino negándolo y pidiendo respeto a su honra. Entiendo que hubo hasta solicitud rectificación.
Y luego, apenas Tapia salió de la cárcel, publicó orgullosa varias historias sobre su relación. Siempre hemos mantenido la consigna de que hay que ser duro con los hechos y suave con las personas.
Pero más allá de Saray, ese mensaje a la sociedad es preocupante. Es decirle a miles de jóvenes que el éxito se puede conseguir violando la ley y que la sociedad igual lo va a aceptar. Que se puede pertenecer a la cumbre incluso siendo un delincuente. Diría el presidente, un delincuente rehabilitado.
En la vida hay que tomar decisiones. Uno puede enamorarse de quien sea y aceptar el amor que es siempre maravilloso. Lo que no se puede es enorgullecerse de la corrupción y seguir representando a la gente en el Congreso. Eso sí es la tapa.
Pdta: pobre presidente. Le aprueban todo, lo defienden en la Corte. El bloqueo al que tanto apela nada que le llega.
El primer daño es el tránsito de la búsqueda genuina de la verdad hacia la imposición de la posverdad, donde los hechos dejan de importar y son reemplazados por narrativas conveniente