El Colombiano

En octubre de 2023 inicié una aventura que significaba una experiencia sumamente retadora para cualquier periodista.

En mi carrera he tenido la oportunidad de trabar en radio, prensa y televisión. Fui muy joven director del área digital de Noticas RCN y antes, más novato aún, llegué a la mesa de trabajo de una emisora que se consolidó de una manera impresionante. He tenido jefes generosos que me han dado oportunidades quizás inmerecidas. Y en ese camino, un día en Bogotá Luz María Sierra me llamó para ofrecerme ser el editor político de uno de los periódicos insignia del país.

Decidí aceptar. Desde entonces pasaron dos años de un trabajo trepidante y lleno de exigencias. Hoy puedo decir que haber hecho parte de El Colombiano fue una de las experiencias más significativas de mi carrera.

Es un periódico de más de 100 años de historia que se enfrentó a los sicarios de Pablo Escobar y que en la actualidad ha sido blanco permanente de un Gobierno con algunos espejismos autoritarios y amenazante para la prensa y los periodistas.

Luz María es una reportera incansable y el equipo que ha construido en El Colombiano es intachable. Periodistas jóvenes; la nueva generación de redactores y reporteros con una ambición de historias y de competencia que pocas veces se encuentra en una sala de redacción. Y los más experimentados que siempre dan luces, criterio y sabiduría.

Hoy el periódico es un medio ineludible en la oferta de información y análisis en el país. A los ataques del Gobierno, como se hizo durante la alcaldía de Daniel Quintero, respondimos con periodismo.

En la sección que lideré no hubo un solo funcionario del poder sobre el cual no hiciéramos investigación y preguntas. Cubrimos todos los escándalos, pusimos agenda, dimos golpes de opinión y trabajamos con rigor y con certeza en una agenda revolucionada por el ritmo que el presidente impuso a a los medios.

La prensa no es ni más ni menos que la columna más firme de la posibilidad de ser libres. Sin prensa no hay libertad. También le hablamos al país contando las historias que debíamos con sensatez y moderación.

De estos dos años me quedo con varias lecciones. Dos muy importantes. La primera es que los periodistas que más trabajan son los de prensa. Sólo quienes han tenido que hacer periódicos (ahora digitales e impresos) todos los días entienden lo que significa el rigor de un trabajo verdaderamente dedicado e intenso. También suelen ser los más preparados porque la reportería y el conocimiento de las historias implica salir de la superficie.

La segunda cosa es quizás la fundamental: no hay ningún precio que no deba pagarse para mantener a la prensa con independencia y autonomía. Con periodistas serios que se atrevan a decir con respeto lo que debe ser dicho.

Lo que ha hecho el periodismo es incuantificable como servicio público para la permanencia de la democracia liberal. El periodismo colombiano se ha enfrentado durante décadas a sicarios, narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros, millonarios que no querían ser cuestionados y gobiernos de un lado y del otro incómodos ante el trabajo de exponerlos.

En digital el crecimiento de El Colombiano es exponencial. En los últimos meses llegó a ser el segundo más consumido en páginas vistas y usuarios únicos debajo solo por debajo de El Tiempo. La consecuencia del liderazgo de Luz María y de un equipo comprometido.

Es una empresa informativa que pasó de lo local a lo nacional en un caso de estudio para el comportamiento de la industria.

Y agregaría una tercera cosa. No hay nada más importante en un jefe que ser una buena persona. Como lo es Luz María y como traté de serlo yo en mi equipo con un grupo de periodistas excepcionales.

Gracias a El Colombiano por la dicha más grande de la vida: poder hacer periodismo y contar historias siendo inmensamente feliz.