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Analistas 03/11/2016

Romper la burbuja

Sandra I. Fuentes Martínez
Directora Grupo SAF- Colombia
La República Más
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La constante es el cambio, y sobre el cambio climático existen retos inaplazables, los cuales con mayor frecuencia son noticia, pero desafortunadamente no se generan acciones cotidianas más allá de darle un me gusta o compartirlo en redes sociales como algo exótico o de moda.

Desde el pasado 8 de agosto, la humanidad entró en déficit ecológico, porque se necesitan 1,6 planetas para satisfacer su demanda de recursos. Según WWF, esta fecha marca el punto de inflexión entre lo que consumimos y lo que es capaz de regenerar el Planeta cada año. 

También recientemente, La Organización Meteorológica Mundial (OMM) indicó que la           concentración de CO2 en el planeta rompió su máximo histórico a nivel global. La Organización Mundial de la Salud confirmó que el 92% de la población mundial vive en lugares donde el aire es contaminado. 

En Colombia, recientemente, el Instituto Amazónico de Investigaciones científicas SinChi y Parques Nacionales Naturales revelaron que entre el 2012 y 2014 la Amazonía perdió el tamaño de Bogotá al transformar su ecosistema natural por cultivos o terrenos para uso económico. El Ideam asegura que el 75% de los colombianos se sienten poco o nada conocedores de los problemas ambientales.

Estas noticias, cifras, datos y hechos producen sensación de asombro y preocupación cuando se leen, pero esto es momentáneo. La realidad continúa y se mantiene la burbuja individual en donde  cada persona vive, envuelto en su rutina, en sus preocupaciones, y dejando a un lado estos aspectos que son de supervivencia.

Es imperativo romper esta burbuja, generar conciencia, y llevar a la acción. Esta semana, se presentó; el documental “Antes que sea tarde” de Leonardo DICaprio, mensajero de paz de la Naciones Unidas, para el cambio climático, que invita a ampliar nuestra visión en este tema.

Hace 10 años Al Gore, con “Una verdad incómoda”, explicó al mundo la problemática del cambio climático, y ahora se presenta una nueva iniciativa, a través del lenguaje audiovisual sobre la actual y cruda realidad, buscando dar respuesta a tres preguntas: ¿Qué tan lejos hemos llegado?, ¿cuánto daño hemos hecho? y si hay algo que podamos hacer para detenerlo. 

¿Un documental puede iniciar una transformación? La respuesta es sí, y solo depende de la decisión de actuar de quien esté al frente de la pantalla. Pasar de espectador pasivo a movilizador activo es voluntad y responsabilidad. Este es el verdadero propósito de la comunicación. La comunicación es para transformar. Esto inicia dando a conocer la realidad, encontrarle un sentido y lograr una comprensión para pasar a la acción, rompiendo primero la burbuja de los intereses particulares y entrar en la dinámica del bien común. 

Las primeras 5 letras de la palabra comunicación son común; esta es la esencia y el objetivo de su gestión, posibilitar la construcción de comunidades que vivan en armonía; no solo entre personas sino también con su contexto. 

Este reto inaplazable requiere reaprender formas de vida, porque esta realidad no es producto de la imaginación, y necesita una movilización desde todos los ámbitos de la sociedad y desde la cotidianidad. 

Estamos inmersos en ambiente de construcción de paz en nuestro país, y esto también es paz.    Como dice Maya Lin: “Creo que la paz solo llegará cuando aprendamos a vivir en este planeta de modo que permitamos a otras criaturas existir junto con nosotros”.

Tenemos el reto de romper la burbuja de la indiferencia y la negación antes de que sea muy tarde.

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