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Analistas 02/10/2014

Las claves organizacionales para la convivencia en paz

Sandra I. Fuentes Martínez
Directora Grupo SAF- Colombia
La República Más
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Es recurrente que encontremos en las revistas, anuarios y documentos empresariales, que muchas organizaciones en Colombia trabajan por ganar confianza con sus grupos de interés y sostenibilidad en su contexto. Alcanzar estos objetivos tiene incidencia directa en el nivel de coherencia y corresponsabilidad que estas construyen en su cotidianidad. 

La coherencia implica tener un comportamiento consecuente con la razón de ser y los lineamientos de la organización, es decir, ser consistente entre lo que se dice con lo que se hace; y lograr esto en la cotidianidad es lo relevante. 

Uno de los principales mecanismos que permite a las organizaciones ganar coherencia es la gestión de su cultura, porque a través de ella se fortalecen los comportamientos de sus integrantes alineados con su identidad, principios, políticas y estructura. 

La gestión de la cultura organizacional es un trabajo incluyente, permanente y persistente. Incluyente porque debe involucrar a todas las personas de la organización, permanente porque tiene una fecha de inicio en su gestión pero no de finalización y persistente porque lo que se busca es que los colaboradores evolucionen y adopten comportamientos ejemplarizantes basados en unos principios y valores para convertirlos en hábitos. 

Gestionar la comunicación aporta también al dar a conocer estos comportamientos y apoya para que la organización logre fortalecer su unidad y por ende su identidad.

En muchas oportunidades se evidencian los beneficios de gestionar la cultura con una mirada exclusivamente endógena a la organización, al señalar que esta permite el incremento de apropiación hacia la empresa, fortalecer las formas de coordinación y unión de esfuerzos, lograr una mayor integración entre el proyecto organizacional y el proyecto de vida de cada colaborador, entre otros. 

Si bien todos estos beneficios son muy valiosos para cualquier tipo de organización, se debe ampliar esta mirada y evidenciar que al fortalecer comportamientos basados en principios y valores, el mayor beneficio es un aporte a la sociedad. 

Múltiples organizaciones aún no han encontrado este valor e importancia. Si todas las organizaciones promovieran en todos sus colaboradores valores como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, el principio fundamental de la justicia y los derechos humanos, la sociedad en la cual vivimos tendría actualmente características diferentes.

Esto es la corresponsabilidad.

En las últimas décadas los conceptos de responsabilidad social y valor compartido han promovido y buscado que las organizaciones trabajen por la sostenibilidad lo cual en algunos casos ha tenido impactos positivos; no obstante la realidad actual nos exige indagar y tener perspectivas complementarias.

La corresponsabilidad da un giro a una nueva mirada ya que parte de un involucramiento personal. Todos buscamos la felicidad, el bienestar y una mejor calidad de vida; si estos son los motores comunes que nos impulsan, las organizaciones e instituciones deben potencializarlos e indicar el camino siendo la guía del cómo gestionarlo, alcanzarlo y dar las bases para que cada uno lo realice y que al sumar estos logros, nos permita agregar valor a la sociedad colombiana. Este aporte, visto no solo desde el rol de colaboradores, sino desde los roles personales como padres, hijos, esposos y; al igual que desde los roles sociales como ciudadanos e integrantes de una comunidad.

Es desde esta reflexión que se despliega una de nuestras líneas de trabajo y desde donde hemos brindado una nueva mirada hacia las organizaciones aliadas, para gestionar la coherencia y la corresponsabilidad. De esta manera es posible trabajar por una sostenibilidad corporativa transformando realidades para una convivencia en paz.

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