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Analistas 20/06/2022

Mi Casa Ya y por siempre

Sandra Forero
Expresidente de Camacol
Analista LR

Sobre simplificando un concepto tan amplio como la vivienda, se puede decir que una casa es el espacio construido en el que la unidad básica de la sociedad logra su mayor expresión de bienestar. Una vivienda es sinónimo de formalidad, de seguridad, de estabilidad económica, de inversión, de inclusión financiera, de salubridad, de tejido comunitario y de desarrollo familiar para todos los miembros del hogar. No por menos, el acceso a la vivienda es un derecho de rango constitucional para todos los colombianos, y por tanto el desarrollo y ejecución de políticas públicas coherentes con ese propósito, ha sido, es y debe seguir siendo una prioridad de los gobiernos y un indicador clave del avance del avance social. Acordado el “qué”, durante las últimas tres décadas nuestro país ha venido construyendo el “cómo”, y atender la demanda de vivienda de la población. En ese lapso, se ha venido perfeccionando un modelo que garantiza el acceso a la vivienda social en el país, y en el que convergen acciones desde el lado de la oferta e instrumentos desde el lado de la demanda para que los colombianos hagan realidad su sueño de tener una vivienda formal y digna; con urbanismo, infraestructura, espacio público y amenidades que imprimen bienestar y construcción de tejido comunitario.

Hoy los hogares del país cuentan con Mi Casa Ya, un programa que contempla un subsidio a la cuota inicial y una cobertura de tasa de interés, y que mediante el sistema financiero operan las postulaciones, validación de condiciones y asignaciones a los beneficiarios, y donde el hogar escoge el proyecto de su preferencia en el lugar, precio y condiciones que se adecuen con su perfil y expectativas de inversión.

Con Mi Casa Ya,, además de dar un salto sin precedentes en el desarrollo de proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS) en Colombia con el que pasamos de 100.000 viviendas por año en 2015 a 170.000 en 2021, se han logrado impactos muy positivos en la descentralización regional de la VIS, donde en el año 2011, 9 de cada 10 VIS se desarrollaban en las grandes ciudades, y al cierre del año 2021, el 43% de las VIS se generaron en ciudades intermedias.

Además, con la evaluación de impacto realizada a este programa (DNP, CNC, Uniandes 2021), se identificó que este tiene una enorme rentabilidad social, en tanto tiene efectos derivados positivos en materia de formalidad laboral, asistencia escolar, nivel de ingresos, seguridad, acceso a la oferta social del Estado, entre otros. De igual forma, con el programa se reducen elementos de vulnerabilidad en los beneficiarios, porque al ser propietarios de su vivienda y habitar un entorno formal, tienen, por ejemplo, una menor probabilidad de estar condición de pobreza, de ser víctimas de violencia intrafamiliar, de segregación social en materia de género.

Los efectos económicos y sobre el empleo derivados de Mi Casa Ya, son muy importantes. Cada vivienda construida genera cuatro empleos entre directos e indirectos, mueve la mitad del aparato productivo del país, genera inclusión financiera y se convierte en fuente de confianza y desarrollo regional. Por todo eso, vale la pena cuidar, mantener y avanzar con Mi Casa Ya, como uno de los activos más valiosos de los colombianos. Esta política de vivienda no debe ponerse en riesgo por ningún motivo, y debemos de manera firme recordar todo lo que hemos logrado y defender su continuidad; en otras palabras, reiterar que Mi Casa Ya se requiere hoy y por siempre.

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