.
Analistas 08/08/2019

Populismos en inglés

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

El populismo como forma de gobierno se asocia con el atraso político que caracteriza a países con un nivel de desarrollo relativo menor. En América Latina, suele identificarse con el comportamiento de un líder carismático que sobrepone su voluntad discrecional a la ley, a las normas y los procedimientos. Es, por lo tanto, autoritario y caudillista. La siguiente declaración de Eva Perón es ilustrativa: ‘Seremos fanáticas e implacables. No pedimos ni capacidad ni inteligencia. Nadie es dueño de la verdad, salvo Perón. No descansaré hasta que el ultimo ladrillo sea peronista.’ Y así le fue a la Argentina con la implementación de esa doctrina.

Pero el fenómeno novedoso de actualidad es la aparición del populismo en dos naciones industrializadas con instituciones políticas fuertes y una larga tradición democrática: El Reino Unido y Estados Unidos. A diferencia de lo que sucede en países donde a nombre de los pobres se hostiliza a determinados sectores sociales o empresariales, en estos casos, personas de altos ingresos han logrado capitalizar la inconformidad popular, canalizándola contra la globalización, los extranjeros y los expertos. Habida cuenta de su importancia, y del papel que desempeñan en la economía mundial, la epidemia de populismo xenófobo que aflige a estas dos naciones tiene repercusiones internacionales.

En el Reino Unido, el proceso de salida de la Unión Europea, conocido como brexit, ha dominado la agenda nacional durante tres años y truncado la trayectoria política de dos de sus máximos dirigentes. David Cameron renunció al cargo de Primer Ministro en junio de 2016, al conocerse el resultado adverso de un referendo innecesario que había convocado acerca de la conveniencia de que el Reino Unido siguiera perteneciendo a la Unión Europea. Su sucesora, Theresa May, se dedicó a formalizar el resultado del referendo, es decir, a hacer efectivo el brexit. Después de arduas negociaciones con la Unión Europea, se llegó a un acuerdo que conciliaba las posiciones de Londres y de Bruselas. El rechazo de la Cámara de los Comunes a ese acuerdo condujo a su renuncia. Su sucesor, Boris Johnson, se ha propuesto retirar al Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin acuerdo.

En Estados Unidos, como preparación de la campaña presidencial del 2020, Donald Trump ha decidido consolidar su apoyo político entre los partidarios de la supremacía blanca, estimulando abiertamente los prejuicios raciales, el odio hacia los mexicanos y la persecución a los inmigrantes indocumentados.

No hay suficientes elementos de juicio para determinar si estos brotes de populismo anglosajón representan una aberración transitoria o si corresponden a una transformación profunda de la cultura política en ambos países. Lo que puede afirmarse por ahora es que la impetuosa hostilidad de Boris Johnson contra la Unión Europea está poniendo en riesgo la prosperidad del Reino Unido. En Estados Unidos, la exacerbación deliberada de las tensiones raciales y del sentimiento nativista contra los inmigrantes, que ha escogido Donald Trump como estrategia electoral, está fraccionando la sociedad y fomentando la violencia.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA