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Analistas 22/11/2020

Como se define el problema, se define la solución

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group

Si bien es cierto que el covid es una amenaza para la salud del mundo, el verdadero problema y gran reto para solucionar es el aumento de la pobreza por la falta de empleo. Todos los esfuerzos deben estar encaminados a la reactivación de la economía; bien por las ayudas del gobierno, muy bien por los empresarios que mantuvieron sus empleados, pero ciertamente es ahora el momento en que todos debemos rodear al sector productivo.

La primera decisión de todos debe ser consumir, comprar productos colombianos que son los que nos dan empleo a todos e impuestos al gobierno para seguir con los planes e inversiones para el bien de los colombianos, pese a que algunos funcionarios públicos se oponen a todas las iniciativas económicas, pues no se acuerdan que los presupuestos de trabajo, sus salarios, salud, oficinas, vehículos, seguridad lo pagamos los del sector privado y los ciudadanos del común.

Lo segundo es pensar y tener una visión de un país que nos necesita a todos y que debemos seguir construyendo nuestro presente y futuro con cada acción, decisión y conversación. Los avances de los últimos veinte años en inclusión en bienestar en mejorar los niveles de cobertura de educación, salud y pobreza es el resultado del trabajo y esfuerzo de los ciudadanos de bien. En contraste, lo que no debemos hacer es engancharnos en los discursos populistas que han inventado un arsenal de medias verdades para levantar sospechas, suspicacias que con discursos de odios están dividiendo el país cuando lo que se necesita es la solidaridad, las visiones unidas, las acciones generosas para encontrar posibilidades y soluciones.

Lo tercero es buscar alternativas económicas en nuestra ruralidad, como lo hace Perú de tiempo atrás, con planes de exportaciones de los productos agrícolas y pecuarios para llegar a la empleabilidad total del campo; eso supone inversiones, tecnología, crédito, acompañamiento de la academia para hacer de nuestras riquezas naturales una gran fuente de réditos económicos, sociales, ambientales, institucionales y geopolíticos.

En ese ruralidad también convive con el sector agropecuario la industria que más ayuda a la economía del país, que representa el bienestar de todos los colombianos pues es energía, calidad de vida en todos los hogares pues gracias al gas que está en nuestras cocinas, en los combustibles para el transporte, en el pavimento de las vías, en el hierro, cemento y en el ladrillo de nuestras casas, en los metales, los abonos para la tierra y en los polímeros para más de 600 productos y que representan el 60% de las exportaciones, esa es la industria minero energética. Lamentablemente la volvieron parte del discurso político polarizado desconociendo los grandes beneficios y dividendo a la sociedad negando el conocimiento científico, la responsabilidad, la experiencia de los profesionales colombianos, los estándares obligados, las exigencias jurídicas y lo más grave; negando una realidad de una necesidad de primer orden y una coyuntura humanitaria de pobreza y hambre.

Lo cuarto, pero no menos importante, es que los contribuyentes colombianos, personas y empresas en esta crisis no damos más, ya sea IVA, renta, patrimonio o cualquier contribución tipo 4 x 1.000. Tampoco se debe endeudar el país y mucho menos volvernos importador de gas, petróleo, minerales o alimentos que tenemos y que generan empleo e ingresos e impuestos para salir de esta crisis económica, social y humanitaria.

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