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Analistas 18/04/2022

¿“Virus” silencioso?

Pilar Ibáñez
Consultora bienestar organizacional

Tras lo sucedido en la pandemia con el covid-19 se logró en algunas personas un nivel de consciencia en el cuidado de la salud, el bienestar y la importancia del auto cuidado en todos los sentidos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud murieron alrededor de 6 millones de personas en el mundo. Ahora, la misma OMS ha anunciado la existencia de otra enfermedad que está causando 2 millones de muertes al año, el estrés. ¿Podría ser este una especie de “virus” silencioso al que las personas y las empresas no están poniendo la atención necesaria? La mayoría de las causas de estrés están dadas por las condiciones y situaciones laborales, y hoy más que nunca la mala utilización de la tecnología y falta de educación en bienestar digital. No es raro entonces que 80% de las personas no sean felices en su lugar de trabajo. ¿Pero qué es lo que ocasiona estrés en las personas? A continuación, comparto lo hallazgos para tomar consciencia sobre prácticas que deberían evitarse en el trabajo. Iniciaré por las que tienen que ver con la tecnología.

Primero, inadecuado uso de WhatsApp. Creo que todos hemos sufrido las consecuencias de convertir los teléfonos personales en herramientas de trabajo. Cuando no existían los teléfonos, si una persona salía del lugar de trabajo el jefe debía llamarlo a su casa, lo que era muy extraño para la época. Había un respeto y una diferencia sustancial entre el horario laboral y el tiempo de descanso y en familia. Pero ahora, no solo llaman y escriben después de horarios laborales o fines de semana, sino que se crean miles y miles de grupos de WhatsApp. Lo interesante es que este lugar digital termina convirtiéndose en un foco de estrés contagioso, en el que una persona deja de ver el celular por tres minutos, y ya tiene más de 100 mensajes los que en 90% no son de contenido importante, sino grandes cadenas de comunicación y debate para saludar, dar las gracias, preguntar cosas diferentes a la información que se están dando, etc.

La persona que recibió el mensaje debe ir entonces al principio de la conversación para ver de dónde salió este caos, generándole mucho estrés. Los grupos de WhatsApp estaban hechos para que fueran un canal de comunicación ágil y rápido, donde únicamente el administrador del grupo enviara la comunicación. Pero al no utilizarla de la forma correcta se está enfermando a la gente. Ahora, tengo que adicionar que debería haber una multa, así sea de helado para todos, al que escriba por los grupos después del horario laboral o en fines de semana. Con el tiempo, así como se ha hecho en países como Francia, la multa debería ser para la empresa, al no tener claridad en los límites digitales.

Segundo, inadecuado uso de los correos electrónicos. Hasta el momento no he escuchado a la primera persona que me diga que tiene su bandeja de entrada de correo electrónico en cero. Se ha acostumbrado a las personas a enviar correos innecesarios y copiar a todo el que se les ocurra por si acaso. Si la comunicación y los canales internos de la empresa funcionaran como debe ser, no habría razón para que se hiciera necesario copiar a todos en la empresa ni hacer tanto envío de correos electrónicos. Así como tener miles de mensajes en el teléfono sin leer, tener una bandeja de entrada llena de correos genera estrés en las personas. A veces las empresas pretenden que las personas sean más productivas, pero si las tienen todo el día en reuniones sin objetivos claros y el resto del tiempo respondiendo correos, en qué momento van a hacer las tareas adicionales solicitadas. Literalmente se está reventando a las personas.

El desequilibrio y la presión digital creada por una mala educación y la falta de límites digitales nos está llevando a enfrentarnos a una bomba de tiempo de personas enfermas e infelices. Necesitamos empresas que respiren, que tengan como prioridad el equilibrio de sus colaboradores, ya que ésta es la forma en la que la productividad y la felicidad trabajan de la mano.

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