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Las malas relaciones interpersonales dentro de una empresa no solo deterioran el ambiente laboral, sino que generan costos económicos significativos. Estudios como los de Gallup han demostrado que los conflictos, la desconfianza y la falta de conexión entre compañeros pueden reducir la productividad hasta en un 34%, aumentar el ausentismo en un 37% y disparar la rotación de personal, cuyo reemplazo puede costar entre 50% y 200% del salario del empleado.
Además, un clima de tensión bloquea la creatividad, frena la innovación y afecta directamente la experiencia del cliente. En contraste, invertir en relaciones saludables y en una cultura de colaboración no solo mejora el bienestar del equipo, sino que también incrementa la rentabilidad de la empresa en más de un 20%. Las relaciones no son un lujo emocional, son un activo estratégico.
En este mundo las relaciones interpersonales han dejado de ser un “extra” y se han convertido en un factor clave para el éxito individual y colectivo. Las investigaciones en psicología positiva, particularmente el estudio de Martin Seligman y Ed Diener sobre las personas “muy felices” (Very Happy People, 2002), han demostrado que la calidad de las relaciones humanas es uno de los predictores más poderosos del bienestar.
El estudio reveló que las personas más felices no eran las más ricas ni las que tenían menos problemas, sino aquellas que cultivaban relaciones sociales profundas y satisfactorias. Las “very happy people” tenían una vida social rica y un fuerte sentido de pertenencia. Este hallazgo tiene implicaciones directas en el mundo laboral: si los empleados se sienten conectados, valorados y emocionalmente seguros, no solo son más felices, sino también más productivos, colaborativos y resilientes.
Algunas recomendaciones para mejorar las relaciones interpersonales en la empresa. Primero, fomenta la escucha activa. Escuchar no es solo oír, sino estar presente, interesado y empático. Practicar la escucha activa crea confianza y disminuye los conflictos. Cuando un colaborador siente que su voz es escuchada, se compromete más con su trabajo y con el equipo.
Segundo, fomenta el reconocimiento y gratitud, como saben yo soy una apasionada de este tema del cual es mi tesis del doctorado en psicología. La apreciación genuina es uno de los mayores potenciadores de relaciones positivas. Un “gracias” auténtico, una felicitación pública o un mensaje de aprecio fortalece los vínculos y crea un ambiente emocionalmente seguro.
Tercero, la autogestión emocional permite manejar conflictos, recibir críticas y expresar desacuerdos sin dañar las relaciones. Las personas emocionalmente inteligentes son vistas como líderes naturales, incluso sin tener cargos de autoridad.
Finalmente, estrena a la gente en resolver conflictos de forma sana. Evitar o ignorar los conflictos daña las relaciones. En cambio, abordarlos con apertura, buscando soluciones ganar-ganar, fortalece los lazos.
Las relaciones interpersonales de calidad no solo hacen que las personas estén más felices, también tienen efectos medibles en el rendimiento empresarial. Según Gallup, los empleados que tienen un “mejor amigo” en el trabajo son siete veces más propensos a estar comprometidos con su empresa. Así que a trabajar en tener relaciones sanas en el trabajo.