Atención al factoring en Colombia

En las últimas dos semanas me he encontrados con varias personas hablando del mismo tema, el factoring. Algunas con unos muy buenos comentarios y experiencias y otras que han tenido dificultades en el tema, razón por la cual quise consultar a un experto en el tema para que nos contara en qué consiste la operación, cuáles los consejos a tener en cuenta y  cuáles los puntos de alta atención para no caer en fraudes.   

Me reuní con Carlos Canelón de Bancar Colombia, experto en la materia, con quien estuvimos largo tiempo hablando sobre la situación en Colombia y la razón por la que las personas caen en estafas financieras. La falta de cultura del ahorro, la educación financiera, el mantenimiento de estilos de vida de consumo sin una adecuada planeación y, las ganas de tenerlo todo al instante y a como dé lugar, es lo que origina la mayoría de los problemas financieros, lo que hace que casos como el de DMG, Interbolsa, escándalos en libranzas, entre otros, tengan cabida en Colombia. 

Para que esto no ocurra en el caso del factoring, aquí van algunos temas importantes a tener en cuenta. Según el programa de Asobancaria sobre educación financiera, el factoring es una operación que “permite que las empresas puedan acceder al pago anticipado de sus cuentas por cobrar, y de esta manera conseguir los recursos que necesitan”. Es decir, que da liquidez a las empresas por la venta de sus facturas con un descuento determinado. Esta práctica surge por una necesidad común en el sector empresarial, y es que es corriente que quienes reciben un servicio o hacen una compra hagan los pagos de facturas al proveedor a 30, 60, 90 días o más, lo que hace que muchas veces estos últimos no puedan atender oportunamente sus pagos de nómina, cuentas administrativas, operacionales, impuestos, etc. 

Es allí donde entran las empresas autorizadas y vigiladas por la Supersociedades a dar esa liquidez a los proveedores en el momento necesario. Pero aquí vienen los puntos a considerar: todas las empresas de factoring deben regirse por la reglamentación y requisitos de ley, los cuales deben ser verificados. Primero, existe un monto máximo de compra de facturas que no puede superar los 30.000 salarios mínimos; segundo, el 100% de la inversión que tenga la empresa de factoring debe ser destinada a la operación de factoring como tal, no a otros negocios; tercero, no pueden tener más de 20 mandatos vigentes en tres meses. 

Y aquí hago un pequeño paréntesis, para explicar los riesgos que se derivan de esta operación al no tener en cuenta estos requisitos de ley. Las empresas, proveedores y gente del común en el constante y repetitivo afán por obtener liquidez cae en manos de hábiles estafadores que con una oratoria perfecta engañan a la gente haciéndola creer que tienen todo en orden, pero en la práctica se ha visto cómo utilizan mal los recursos de sus inversionistas. 

Si las empresas de factoring no invierten el 100% de los recursos de los inversionistas en la operación, sino que con dicho dinero hacen otro tipo de transacciones, como invertirlo en empresas amigas o bajo su nombre, etc, estarán incurriendo en prácticas que no están permitidas. Así mismo,  cuando a los inversionistas (quienes invierten capital para comprar facturas) se les ofrecen rendimientos que, de por sí, son sospechosos por muy altos, tienden a dejarse llevar por la emoción y  pueden terminar perdiendo su dinero.  

Se debe tener en cuenta que la confianza es el activo más importante con que cuentan tanto las personas como las empresas, pero debe recordarse que la confianza se gana y no debe ser a ciegas, sino bajo verificación, por eso se hace necesaria la comprobación del correcto manejo de los dineros de los inversionistas y demás requisitos de ley. 

Por lo tanto, tal como hemos visto múltiples casos de la vida real, pues no solo en las películas se ven estafas financieras, es importante la atención, el seguimiento, la verificación y la educación financiera más los consejos de quienes conocen y que de forma transparente abren la posibilidad de confirmar los hechos reales.