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Analistas 06/09/2015

La búsqueda fútil de simetría política

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No obstante, un problema con el artículo es que el Sr. Roberts realmente nunca explica por qué la gente que se enorgullece de su habilidad para meditar las cosas cae en clichés perezosos en lo que respecta a la política (lea el ensayo aquí: bit.ly/1EZzd9m). Y eso es importante: simplemente sermonear a gente del tipo Silicon Valley sobre la necesidad de tomarse en serio la política no funcionará si hay motivos más profundos por los que la gente inteligente se vuelve estúpida con el tema.

Así es como lo veo: todo tiene que ver con la imagen propia. A la gente tipo tecnológica le gusta pensar que está por encima de la discusión, que opera en un plano más alto que la turbia gente política. Pero si uno se toma en serio la política estadounidense, comprende que se trata de una pose irresponsable. Tal como lo dice el Sr. Roberts, los partidos no son simétricos, y la sabiduría no yace en algún punto entre las visiones más extremas de ambos lados. De hecho, las políticas que apoya la élite tecnológica, como la implementación de impuestos al carbono, solo son apoyadas por el ala izquierda del Partido Demócrata. Todo el Partido Republicano está controlado por detractores del cambio climático y gente anti científica en términos más amplios. En general, el Partido Republicano moderno se opone al análisis racional; está en guerra no solo con el Estado benefactor, sino con la Ilustración.

Pero que los súper “nerds” reconozcan esta realidad sería sonar partidista (qué horror). Así que se niegan a llegar a eso. Todas sus creencias en datos y análisis cuidadosos son depuestas en lo que respecta a política, porque los datos políticos (y hay muchos) les dicen lo que no quieren oír.

Como podrán imaginarse los lectores, en este punto siento un poco de frustración personal. En lo que respecta a economía, intento basar lo que digo en evidencia y modelos bien probados. Sin embargo, a menudo me topo con gente que asume que simplemente soy una versión de ala izquierda del economista conservador Stephen Moore. ¿Por qué lo creen así? ¿De hecho han examinado mi análisis e historial?

No, simplemente saben que critico más a la derecha que a la izquierda, y asumen que esto significa ipso facto que estoy sesgado. ¿Pero qué pasaría si la derecha se equivoca mucho más que la izquierda en las cuestiones que importan en el Estados Unidos moderno? No es una posibilidad que estén dispuestos a contemplar.

Entonces, ¿los esfuerzos por cambiar esta actitud son fútiles? Espero que no.

El Sr. Roberts bien podría tener el enfoque correcto: seguir enfatizando la evidencia de la asimetría política. Tal vez, solo tal vez, alguien lo escuche.

Cuando el centro no es sensato

Durante años, la gente de la industria tecnológica de Estados Unidos se ha dado a conocer por profesar el deseo de “cambiar el mundo”, pero un ensayo ampliamente circulado publicado en Vox el mes pasado plantea que la gente del tipo tecnológico tiene un concepto de la política fundamentalmente fallido que podría impedir que alcancen sus metas.

En el ensayo, David Roberts, escritor de planta de Vox, sostiene que el sector tecnológico no podrá alcanzar el cambio que busca sin involucrar al sector público y sin ganar un entendimiento más matizado de cómo funciona el sistema político estadounidense.

De acuerdo con el Sr. Roberts, mucha gente tipo tecnológica ve al sistema político como “una competencia de dos filosofías políticas invertidas, con extremos opuestos y un centro común, que es donde se congrega la gente sensata de mentalidad independiente”. Esta visión, escribió el Sr. Roberts, implica que “uno es partidista precisamente en la proporción de la distancia de uno respecto al pensamiento racional. Define al partidismo irracionalmente, como un comportamiento ciego tipo borreguil”.

No obstante, bajo la visión del Sr. Roberts, la idea de la moderación como fuente de la racionalidad es un mito, mito que se originó a mediados del siglo XX cuando los partidos políticos de Estados Unidos se ordenaron más sobre líneas geográficas que ideológicas. Actualmente, el centro político estadounidense puede encontrarse dondequiera que resulten concordar los intereses corporativos de la nación, explica el Sr. Roberts.

Sobre la cuestión del cambio climático, por ejemplo, el Sr. Roberts señala: “La base de ala derecha tiene una posición coherente respecto al cambio climático: es un engaño, por lo que no deberíamos hacer nada al respecto. La base de ala izquierda tiene una posición coherente: se está dando, así que deberíamos hacer algo al respecto. La posición ‘centrista’, compartida por los demócratas conservadores y los pocos republicanos moderados que quedan, es que se está dando pero que no deberíamos hacer nada al respecto. Eso no es centrismo en ningún sentido ideológico significativo; en cambio, como la mayoría de las áreas de yuxtaposición entre los partidos, es corporativista”.

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