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Analistas 30/07/2012

Esperando lo peor para España

La República Más
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El rescate español fue pactado este mes, pero con tantas restricciones e indicios de que no es el inicio de algo más grande que los mercados no se mostraron contentos, por decir lo menos.

También pienso que es especialmente interesante ver cuánto de la recuperación de los bonos irlandeses reflejó la esperanza de que el rescate bancario del país pudiera ser “europeizado”; una vez desbaratadas esas esperanzas, todo desapareció. Entonces, ¿cuándo empieza la CRISIS a pleno? Es difícil decirlo. Al menos algunos indicadores dicen que el mercado espera lo peor, pero no de inmediato.

Realmente pareciera que estamos viendo en acción de Ley de Dornbusch. En comentarios sobre la crisis económica de México de 1995 para una serie de “Frontline”, el finado economista Rudi Dornbusch dijo a un entrevistador: “La llegada de la crisis tarda mucho más de lo que se cree, y después sucede mucho más rápidamente de lo que se piensa, y eso es exactamente la historia México. Tardó una eternidad y luego una noche”.

Y Dios ¡cómo quisiera que Rudi todavía estuviera con nosotros! Hubiera estado en su elemento, y hubiera sido una voz realmente importante a favor de la cordura.

Obsesión inflacionaria

En un principio pensé que el artículo “The World Is Experiencing the Opposite of a Sovereign Debt Crisis”, publicado recientemente en Business Insider, simplemente decía lo obvio. Después leí los comentarios.

En el artículo, publicado el 15 de julio, el subeditor Joe Weisenthal establece el muy conocido punto de que aparte de la experiencia de ciertos países del área del euro, el rendimiento de los bonos soberanos se ha desplomado desde 2007; los inversionistas se están volcando para comprar deuda soberana, no la evaden. Me sorprendió que describiera esta información como fuera de la corriente principal - supongo que depende de su definición de corriente principal. Pero indudablemente la noción de que lo que tenemos es en gran parte un proceso de desapalancamiento del sector privado, y que los déficits gubernamentales son consecuencia de este proceso, y que las tasas de interés son bajas porque tenemos un exceso de ahorro deseado, está muy diseminada (y la respalda mucha evidencia empírica).

Y también hay mucha discusión, sobre la que me muestro ambivalente, respecto a la supuesta escasez de activos seguros. Esto viene de departamentos de investigación de bancos y del mundo académico, es un tema frecuente del blog Alphaville del Financial Times, etc. Por tanto, no me parecía que el Sr. Weisenthal estuviera diciendo nada radical.

¡Pero esos comentarios! No es sólo que los comentaristas discrepan, sino que parecen ver al Sr. Weisenthal como cierto tipo de alienígena del espacio. Consideran simplemente alocado y risible sugerir que no estamos enfrentando una inmensa crisis de déficits públicos con inflación estilo Zimbabue a la vuelta de la esquina.

Y sé que no sólo son los que comentan en Business Insider; es bastante obvio que la gran mayoría de la gente que se pasa el tiempo viendo noticias financieras y leyendo blogs financieros opera en un universo intelectual donde el sobresaliente demonio de los déficits y la inminencia de una vasta inflación son simplemente lo que todo mundo sabe; años consecutivos de bajas tasas de interés y el fracaso de la inflación para despegar - que debieron haber costado mucho dinero a la gente que cree en estas cosas - no mellan esa certidumbre.

Es un fenómeno interesante. No creo que simplemente sea producto de los esfuerzos normales de propaganda de la derecha. El cuento de los “¡Déficits! ¡Inflación!” tiene algo que evidentemente resuena entre mucha gente, sin importar la frecuencia y gravedad con la que falla la visión mundial - y también es completamente resistente a los intentos por señalar que las cosas deben cuadrar, que no todos pueden gastar menos que su ingreso al mismo tiempo.

¿Qué está pasando? Tengo algunas ideas, que intentaré desarrollar en el futuro. Y, por supuesto, este esquema mental tiene un carácter autoreforzante: dado que es lo que los consumidores de medios financieros quieren escuchar, los proveedores de contenido responden diciéndoles estas cosas, hasta tal grado que se muestran impactados y perplejos cuando alguien como el Sr. Weisenthal señala que simplemente no es así.

De cualquier forma, creo que es importante controlar este fenómeno, que es uno de los factores que distorsionan nuestro debate de política.
 

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