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Analistas 17/03/2013

Dando crédito a la gente equivocada

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Dean Baker, codirector del Centro de Investigación Económica y Política, se está sintiendo dispéptico - y no por primera vez - con un artículo del Washington Post publicado a principios de este mes que sugiere que el crecimiento lento es ahora lo normal en Estados Unidos.

En una publicación reciente en Internet, el Sr. Baker se preguntó por qué deberíamos escuchar a gente que hasta el momento se ha equivocado en todo. Pero de hecho, es peor de lo que dijo.
 
En el artículo del Washington Post, el argumento del crecimiento lento para siempre se basa principalmente en citar a Kevin Warsh, un ex gobernador de la Reserva Federal.
 
Y el Sr. Warsh efectivamente es alguien que se ha equivocado en todo; un negador de la burbuja que habló de fuertes mercados de capitales antes de la quiebra, un vigilante que ha estado advirtiendo sobre el riesgo de la inflación desde hace tres años, un invocador de los vigilantes invisibles de los bonos que de alguna forma se las ha ingeniado para describir la supuesta amenaza de éstos como, al mismo tiempo, una certeza y algo incognoscible.
 
Si hay algo que distingue especialmente a los discursos y artículos que he leído del Sr. Warsh es lo siguiente: se ha hecho el hábito de decir y escribir cosas que supuestamente deben ser profundas, pero que no dicen nada.
 
Pero esperen: a todo esto, ¿quién es Kevin Warsh? Bueno, es un abogado convertido en banquero inversor devenido en designado de George W. Bush para la Fed convertido en miembro del Instituto Hoover - no es, para nada, un economista.
 
Ahora  bien, odio que se haga gala de las credenciales: hay muchos tontos con doctorados, algunos tontos con galardones elegantes y un número razonable de pensadores económicos de primer nivel sin títulos formales.
 
No obstante, si alguien va a hacer pronunciamientos sobre cómo ha cambiado toda la naturaleza del ciclo económico, nos gustaría alguna señal de que en algún momento de su vida ha meditado mucho sobre, bueno, sobre cualquier cosa.
 
Entonces, ¿por qué debemos poner atención a esta persona en estos asuntos?
 
Creo que es otro tipo de hacer gala de credenciales - la noción de que porque alguien alguna vez fue designado a un cargo de elaboración de políticas debe ser un experto. Pero esto, por supuesto, es ridículo - y la gente de The Washington Post, que todo el tiempo ve ex funcionarios, seguramente debería saberlo.
 
Del departamento de cosas que simplemente son demasiado perfectas
 
Jonathan Chait, un comentarista de la revista New York, recientemente descubrió a James K. Glassman, coautor de “Dow 36,000” - un libro de 1999 que sostuvo, con base en una creativa doble contabilidad y otras innovaciones, que 36,000 era el valor real del Dow al momento de la publicación -, afirmando que el récord actual del Dow reivindica sus ideas. Pero eso no es lo que resulta tan perfecto.
 
No, lo que captó mi atención es a dónde fue el Sr. Glassman en virtud de su audaz pronóstico. Y la respuesta es que es el director ejecutivo fundador del Instituto George W. Bush. Todo está bien en el mundo. 
 

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