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Analistas 24/01/2016

Argumentos irracionales sobre la industria del carbón

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Esa es una cifra mayor a la del Buró de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, pero no importa. Quizás convenga poner ese número en perspectiva recordando que la economía estadounidense ha sumado 14 millones de puestos de trabajo del sector privado desde 2010. Quizás también convenga notar que el carbón ha estado cayendo desde hace mucho tiempo.

Pero lo que realmente me impactó del editorial fueron dos cosas. Primero, el comentario desdeñoso de The Journal de que “seguimos esperando todos esos nuevos puestos de trabajo verdes que el Sr. Obama ha estado prometiendo desde que llegó a Washington”. Bueno, vea el gráfico.

Sí, los números solares son de la Fundación Solar, un grupo privado, pero la cifra de The Journal sobre los puestos de trabajo mineros también viene de un grupo privado. Y aunque alguien tal vez quiera objetar puntos específicos de los datos, el auge de la energía renovable en Estados Unidos es muy real, como el aumento en el número de empleos en ocupaciones como instalaciones de paneles solares. No puedo imaginar un solo cálculo donde el número de puestos de trabajo verdes creados no exceda la pérdida de puestos en la minería de carbón, una industria que ya era una sombra de lo que solía ser antes que el Sr. Obama tomara el mando.

El otro aspecto impactante con respecto al editorial es que da por hecha la noción de que cualquier regulación es mala, incluyendo las regulaciones al mercurio y a la ceniza de carbón (que a su vez también está cargada de mercurio y otros metales pesados, como el plomo). Veamos: el mercurio es una neurotoxina que puede deteriorar la inteligencia, y otros metales pesados pueden causar cáncer y envenenar a la gente en una variedad de formas. ¿En qué universo moral o incluso económico es obviamente equivocado limitar las emisiones de neurotoxinas?

Sé que este artículo no tuvo la intención de ser algún tipo de argumento racional; que simplemente fue una columna anti Obama de dos minutos de odio. Pero este tipo de cosas siguen siendo increíbles de ver en un periódico que a veces pretende estar por encima del comentarista conservador Erick Erickson.

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