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Analistas 01/07/2017

Un futuro prometedor para las gigantes tecnológicas

Pascal Rohner
Director de Inversiones de In On Capital
Analista LR
La República Más
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Lo más importante es que los gigantes tecnológicos tienen unos fundamentales mucho más fuertes y sólidos

Los inversionistas han disfrutado de una sólida continuación del mercado alcista. Hay que destacar que un puñado de acciones de alta capitalización ha sido indudablemente el motor del mercado. Los periodistas han ido jugando con diferentes acrónimos para seleccionar y describir a las tecnológicas más destacadas del momento. La primera vez fue en 2013, cuando en el programa “Mad Money” de la Cnbc, su presentador Jim Cramer difundió el término FANG, que representa las iniciales de Facebook, Amazon, Netflix y Google (ahora Alphabet). Recientemente, los periodistas han incluido otra “A” para incluir a Apple y una “M” para incluir a Microsoft en el acrónimo, dependiendo de si la historia se centra en el “crecimiento” o en el “dominio”.
El titular más destacado es que FAAMG (Facebook, Amazon, Apple, Microsoft y Google) comprenden 12% del índice S&P 500 y han contribuido en 28% al rendimiento del índice en lo que va de año. Si miramos al Nasdaq 100, FAAMG han contribuido en más de 50% del rendimiento. La tendencia ha sido notablemente sólida y con muy poca volatilidad. No obstante, 9 de junio las tecnológicas empezaron a sufrir ventas masivas sin motivo aparente. El lunes siguiente por la mañana, el Nasdaq mostró unas pérdidas de 4,5% desde los máximos, provocado por las grandes pérdidas de los grupos FANG y FAAMG que barrieron una capitalización de más de US$200.000 millones. La prensa empezó a dibujar analogías entre ese día y la burbuja de las “punto com”. Esta comparación es exagerada.
La diferencia más importante está en la valoración. En el año 2000, el índice tecnológico S&P 500 alcanzó una ratio precio/beneficio de 60, lo que era más del doble de la valoración del S&P 500. Actualmente, el sector tecnológico cotiza a un múltiplo de alrededor de 19, justo por encima de la valoración del mercado. Es cierto que la valoración ha subido durante los últimos años, pero ciertamente tampoco se encuentra en el terreno de la burbuja.
Lo más importante es que los gigantes tecnológicos tienen unos fundamentales mucho más fuertes con perspectivas sólidas. Todavía se asientan sobre cojines de liquidez de US$700.000 millones, pero han empezado a invertir grandes cantidades de líquido en sus infraestructuras y nuevas áreas de crecimiento. Las compañías del FAAMG tienen posiciones de liderazgo en al menos una de las tendencias de inversión más prometedoras, como por ejemplo la informática en la nube, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, la realidad virtual y la realidad aumentada, o los datos a gran escala. Todos ellos se benefician de un cambio secular hacia el gasto online. Amazon Web Services posee más de un tercio de la infraestructura de mercado en la nube y genera US$12.000 millones anuales desde la nada de cinco años atrás. Se espera que este segmento crezca más de 15% anualmente.
El tamaño y liderazgo de la infraestructura logística e informática de Amazon son muy disruptivos para los minoristas tradicionales, especialmente ahora que entra en el segmento minorista tradicional (lo que se ilustra con la anunciada compra de Whole Foods). Facebook ha incrementado sus cifras mensuales de usuarios activos desde US$1.400 hasta unos destacables US$1.900 millones y ha más que doblado sus ingresos en los últimos dos años. La compañía está intensificando sus inversiones en investigación y desarrollo, incluyendo los contenidos de vídeo y la realidad aumentada, lo que debería ayudar a mantener el rumbo de crecimiento de beneficios de 20% durante varios años.


Alphabet ha consolidado su liderazgo en motores de búsqueda móviles y ha reforzado su posicionamiento en vídeo (YouTube), la nube y Google Play. Puede haber start-ups interesantes en estas áreas de gran crecimiento, pero la diferencia a nivel de escala y recursos, si se comparan con estos líderes, nunca había sido tan enorme como ahora.
Así pues, si las valoraciones son razonables y los fundamentales son fuertes, ¿qué ha provocado la corrección? La mayoría de analistas apuntan a una dependencia masiva de las negociaciones algorítmicas. Antes de la corrección, el posicionamiento en las acciones de FAAMG era extremos. Los gestores de fondos estaban sobreponderados y las máquinas estaban en posiciones largas, siguiendo el fuerte momentum de estas acciones. Además, la baja volatilidad atrajo la atención de las máquinas.
El detonante de la venta masiva no se sabe con claridad. Muchos apuntan a un cauto informe de Goldman Sachs publicado el viernes 9 de junio que habría podido causar presión de venta. Una vez que se había roto la tendencia a corto plazo y que apareció la volatilidad, las máquinas tomaron el relevo y siguieron liquidando posiciones. La buena noticia es que las presiones de los corredores de bolsa cuantitativos probablemente hayan dado resultado. El liderazgo de las tecnológicas haya venido para quedarse, pero los que quieran beneficiarse de las perspectivas a largo plazo deberán acostumbrarse de nuevo a una volatilidad más alta.

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