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Analistas 17/01/2016

Mal inicio de año para los activos de riesgo

Pascal Rohner
Director de Inversiones de In On Capital
Analista LR
La República Más
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Las bolsas están cayendo fuertemente en los primeros días del 2016, una vez más por preocupaciones sobre la economía china y la caída de los precios de las materias primas. 

China asusta a los mercados de nuevo

Las fuertes caídas en las bolsas chinas fueron impulsadas por datos económicos decepcionantes. El PMI manufacturero de Caixin cayó a 48,2 en diciembre, mientras los economistas esperaban una recuperación a 48,9. Eso por sí no debería ser una mayor preocupación, sabiendo que, el indicador no ha sido muy preciso en la predicción de la actividad económica. Más bien, mucho del daño fue auto-infringido. Desde el 1 de enero entró en vigor una nueva norma que suspendía la sesión durante quince minutos si se llegaban a pérdidas del 5%, para reanudarlo luego con un límite máximo del 7% de pérdida, momento en el que se cerraban definitivamente las cotizaciones por el día. La medida ha causado exactamente lo contrario de lo que pretendía - reducir la volatilidad. Cuando se toca 5% de pérdida, los inversionistas chinos aumentaban las órdenes de venta, estimando que otros harían lo propio y que pronto no podrían vender, lo que efectivamente ocurría. Por lo tanto, después de solo una semana, las autoridades ya han quitado esta regla, lo cual ayudará a estabilizar el mercado. De todas formas, la bolsa y la economía china tienen poco que ver y no sirve para sacar conclusiones.

Lo que preocupa más es la continua debilidad del yuan, sobre todo por su impacto negativo a los precios de las materias primas. No obstante, pensamos que China puede evitar una violenta depreciación de su divisa tirando de sus enormes reservas en divisa extranjera. 

Caída en los precios del petróleo continúa

Otro factor preocupante sigue siendo la caída del precio del petróleo, impulsada por la demanda débil (parcialmente debido a la desaceleración de China) y la sobreoferta, causada por el boom del petróleo de esquisto en EE.UU. de los últimos años y la inhabilidad de la Opep (o más bien la falta de voluntad de los saudís) de reducir la producción. Por ende, creemos que la caída no tiene sentido. Los productores americanos están exprimiendo los pozos más rentables, que se agotan deprisa, lo que junto a las fuertes reducciones de la inversiones, debería acabar impactando a la producción. Pensamos que la sobreoferta se va a reducir y los precios deberían de recuperarse a niveles más sostenibles alrededor de $50 a $60 por barril. Sin embargo, este proceso puede durar más que un año y vamos a observar mucha volatilidad en el camino. 

Fuerte informe de empleo en EE.UU.

Hay otras razones para el optimismo. En EE.UU., el mercado laboral sigue mejorándose. En diciembre, se crearon 292.000 nuevos empleos no-agrícolas, que es mucho más que los 200.000 esperados. Al mismo tiempo, vimos una revisión del número de noviembre de 211.000 a 252.000. Esto es una clara señal de que la economía norteamericana no está entrando a una nueva recesión, a pesar del entorno difícil en el sector manufacturo y petrolero. 

Conclusión

Las fuertes caídas en las bolsas han dañado el sentimiento de los inversionistas y técnicamente, los mercados se ven complicados. Como he indicado antes, creemos que el año vendrá marcado por una fuerte volatilidad con más caídas. A corto plazo, sin embargo, vemos un buen potencial de un pequeño rebote en las bolsas norteamericanas y europeas. 

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