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Analistas 09/09/2023

"Que la justicia y la paz fluyan"

P. Harold Castilla Devoz
Rector General de Uniminuto

Desde el 1 de septiembre ha comenzado la celebración anual que el Papa Francisco ha motivado para todo el mundo cristiano, también para los “hombres de buena voluntad”, en torno al cuidado de la “casa común”, o de la creación -como le ha denominado este año 2023-, dándole el título “Tiempo de la Creación”. Esta celebración concluirá el 4 de octubre de la presente anualidad. Ya algunos medios han anunciado, que quizá ese día se dará a conocer una nueva encíclica del Pontífice en torno al “cuidado de la casa común”, como “segunda parte” de “Laudato sí”. En este contexto, nos preguntamos ¿cuál es el panorama que, como país vivimos, sobre cambio climático, y cuál es el horizonte para el Amazonas en articulación con los países de la Cuenca Amazónica?.

Colombia ha procurado preservar el medio ambiente y la biodiversidad como una prioridad y un compromiso que se refleja a nivel de política pública. Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se ha liderado la elaboración e implementación del marco normativo que hoy es la hoja de ruta del país. Colombia cuenta con un Sistema Nacional de Cambio Climático, una Política Nacional de Cambio Climático, la Ley 1931 de 2018 que establece las directrices para la gestión de este, la Ley 1844 de 2017 que aprueba el Acuerdo de París, entre otros. En el año 2020, se estableció la Estrategia 2050, como instrumento de política pública de largo plazo para orientar las acciones nacionales, sectoriales y territoriales que lleven al país a la carbono-neutralidad y al avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conscientes de la transformación que demanda el desarrollo socioeconómico y su adaptación a los efectos del cambio climático.

El país visualiza nuevas formas de movilidad y ciudades sostenibles, un nuevo impulso al sector agropecuario, pensando también en términos de riesgo climático y seguridad alimentaria, y la gestión de la biodiversidad y la preservación de la gran fuente de recursos hídricos con los que cuenta, entre otros. Estos serán desafíos mayúsculos dadas las brechas de desarrollo en los territorios y la dependencia económica de algunas actividades con impacto en el medio ambiente, por ejemplo, en la deforestación, o incluso en la salud pública, como la minería de subsistencia. El país reconoce que el Amazonas representa una de las mayores fuentes de biodiversidad del planeta. Sin embargo, se ha derivado un gran reto en materia de protección ambiental, y para ello, los actuales gobiernos de Colombia y Brasil han incentivado la protección del “pulmón del mundo” mediante el fortalecimiento de la cooperación internacional como el programa de Visión Amazonía, tratados entre los países que conforman la Cuenca Amazónica y la creación de políticas públicas ambientales. Basta mencionar la reunión denominada Camino a la Cumbre Amazónica del pasado mes de julio en Leticia, donde participaron los presidentes de las dos naciones, acordando la ratificación y compromiso que propenda por disminuir la huella ecológica, a través de planes estratégicos que logren revertir el deterioro ambiental.

Por su parte, el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 “Colombia, potencia mundial de la vida” del actual gobierno, pone en la agenda la lucha del cambio climático y la protección de la Amazonía. Es necesario que desde “el todo está integrado” del Papa Francisco en la “Laudato sí”, fluya la justicia y la paz en Colombia, donde tenga cabida transversal e integralmente el componente ambiental para las generaciones de hoy y del futuro.

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