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Analistas 05/02/2018

Atributos del nuevo líder empresarial

Núria Vilanova
Presidente de ATREVIA

La toma de decisiones se realiza en la actualidad en entornos cada vez más complejos, donde resulta imprescindible tener siempre un ojo puesto en el futuro para poder reaccionar con rapidez y eficacia a los desafíos que están por venir.

E implica estar en aquellos lugares donde la tecnología está viva, entender lo que está sucediendo y apostar por aquellas propuestas de valor que sitúan a la empresa al frente de la carrera.

El líder de la empresa se enfrenta hoy al gran reto de suplir las nuevas necesidades que surgen del veloz desarrollo tecnológico al mismo tiempo que incrementa su capacidad de detectar las tendencias, cubre los nuevos y cada vez más sofisticados requerimientos de los clientes, mantiene su conocimiento y relación con los proveedores y monitoriza las prácticas de los competidores.

Los planes son cada vez más cortos y la vorágine en la que se mueve el entorno exige que el líder no tenga miedo a implementar cualquier cambio que sea necesario. Es el principal estratega de la compañía y la persona responsable de mantener y transmitir una actitud optimista, abierta y sin miedo al cambio. Porque hoy en día todo es cambio.

En este punto, el líder necesita contar hoy más que nunca con un equipo flexible y ágil que trabaje en desafíos específicos del negocio y ayude a identificar y entender unos cambios que cada vez llegan con mayor celeridad.

Un buen punto de partida para conseguirlo es descubrir las capacidades de cada miembro del equipo, fortalezas y debilidades, lo que permitirá organizar eficientemente todos los recursos disponibles. Y no tener temor a incorporar a nuevas generaciones conocedoras del nuevo entorno y de los nuevos usos.

Y aquí entra en juego uno de los grandes atributos del nuevo líder: la empatía, un rasgo fundamental para atraer el compromiso y desarrollar el talento de los miembros del equipo. Un líder sensible, que sabe gestionar emociones, no sólo conseguirá mejores ambientes de trabajo, sino que aumentará la productividad.

También es importante que fomente la transparencia y el trabajo en equipo para permitir a la compañía interpretar el entorno competitivo que se presenta con el cambio tecnológico y actué en consecuencia. Los cambios suceden demasiado rápido y sólo sobreviven aquellas empresas que logran adaptarlos a la velocidad que avanzan las tecnologías.

Probablemente la esencia resida en integrar la digitalización en todos los procesos que afectan a la compañía y dotarse de soluciones TIC que ayudan a desarrollar las capacidades empresariales y mejoran las relaciones con los clientes.

La visión y los valores de la compañía cobran más importancia en estos momentos como vehículo fundamental para la gestión de personas. El equipo necesita tener una visión clara, un sueño compartido que les permita trabajar con motivación e inspiración.

Por ello, el líder es el responsable de transmitir unos valores alineados con las personas y la estrategia de la compañía. Otro de los atributos vitales del nuevo líder en los tiempos actuales es la responsabilidad con las personas y la sociedad, así como el compromiso con cada una de sus decisiones tomadas.

Y, en un momento en el que las compañías ya no pueden limitarse a informar, sino que tienen que asumir la importante misión de escuchar y responder continuamente a las opiniones y necesidades de sus grupos de interés, el nuevo líder debe además asumir el reto de orientar el negocio hacia una influencia positiva sobre el entorno y de ser el primer comunicador y embajador.

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