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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tomó una decisión controvertida: bloqueó la compra de la empresa estadounidense U.S. Steel por la japonesa Nippon Steel. Aunque el tema puede sonar complejo, su relevancia es enorme para la economía, la política y las relaciones internacionales.
U.S. Steel, una de las mayores productoras de acero de Estados Unidos, estuvo en negociaciones para ser adquirida por Nippon Steel, una japonesa líder en el sector. Sin embargo, Biden detuvo la operación citando “riesgos para la seguridad nacional”. Para justificar esta medida, usó la Ley de Producción de Defensa, una norma diseñada para proteger recursos clave para el ejército. Aunque no se presentaron pruebas concretas de esos riesgos, la decisión se fundamentó en evitar posibles problemas en cadenas de suministro críticas, como el acero necesario para fabricar equipo militar.
En los últimos años, se amplió el concepto de seguridad nacional. Antes, se refería a amenazas militares o de espionaje. Ahora, bajo las administraciones de Biden y Trump, incluye también preocupaciones económicas. Por ejemplo, cualquier inversión o comercio que pueda afectar la autosuficiencia del país en áreas estratégicas, como tecnología o recursos industriales, puede considerarse una amenaza.
Más allá de la seguridad nacional, existen factores políticos y económicos. U.S. Steel tiene su sede en Pensilvania, un estado crucial para las elecciones presidenciales. Además, el sindicato United Steelworkers, que representa a miles de trabajadores del sector, se opuso a la venta. Esto añadió presión política sobre Biden, especialmente porque su administración buscó el apoyo de los sindicatos.
Japón es uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos y el mayor inversor extranjero en el país. Empresas japonesas generan casi un millón de empleos estadounidenses. Sin embargo, decisiones como esta futuras inversiones, ya que envían el mensaje de que, incluso en sectores no tan sensibles como el acero, Estados Unidos bloquea acuerdos por razones políticas.
No es la primera vez que se usa la “seguridad nacional” para justificar medidas económicas. Trump impuso aranceles a países como Canadá y la Unión Europea bajo este argumento, y Biden continúa esta tendencia. Otros países también ampliaron el uso de excepciones similares, aplicándolas incluso a bienes como alimentos para animales o cacao. Esto debilitó el sistema de comercio global basado en reglas claras, marcando un alejamiento de la globalización que dominó hasta hace pocos años.
Es probable que esta estrategia continúe, especialmente si Trump regresa al poder. Veremos medidas similares contra México y Canadá, usando argumentos de seguridad relacionados con la inmigración o el tráfico de fentanilo. Esto intensificará las tensiones comerciales en América del Norte y más allá.
En suma, este bloqueo refleja cambios en cómo las grandes potencias perciben la seguridad nacional y plantea interrogantes sobre el futuro de la cooperación internacional en un mundo cada vez más proteccionista.
Las cosas como son.
Mookie Tenembaum aborda temas internacionales como este todas las semanas junto a Horacio Cabak en su podcast El Observador Internacional, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.