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Vamos a hacer un corte de cuentas: ¿quiénes son los ganadores y los perdedores de estas elecciones?
Arranquemos por Federico Gutiérrez. En cuentas iniciales muchos apuntan a que es uno de los perdedores. En las últimas semanas se descolgó y desde hace varios días se le dio por desmontado de la segunda vuelta. Cayó a un tercer lugar pese al apoyo de casi todos los partidos, o por lo menos de sus dirigentes, y su discurso no alcanzó para contener el crecimiento de Rodolfo Hernández y menos para acercarse en intención de voto a Gustavo Petro quién fue su enemigo natural desde el principio. Pero, ¿saben qué? Fico es ganador, salto de ser alcalde de Medellín a tener 5 millones de votos, todavía le queda gasolina para volverse a lanzar y demostró que tiene ganas, capacidad y poder de convocatoria.
A Sergio Fajardo en honor a su trayectoria lo dejamos en tablas. Aunque su bajonazo electoral es abismal, pues pasó de tener 4 millones y medio de votos en 2018 a menos de 900.000 este año, su forma de hacer política, con decencia, convicción, transparencia y más allá del cálculo o la conveniencia, es de verdad admirable; el problema no es Fajardo sino el país que está en sintonía de agresiones, ataques y a la defensiva. La que sí definitivamente queda en la lista de perdedores es la Coalición de la Esperanza que empezó como el proyecto romántico de juntar el centro y se disolvió en una exposición de peleas, caprichos y rabietas. Muchas veces se reunían pero no podían ni verse a la cara; apenas garantizaron el umbral de primera vuelta empacaron hasta el último aliento y se fueron por su lado.
Ahora hablemos de Gustavo Petro. Fue el ganador definitivo de la jornada. Vean esto, si en colombia tuviéramos el sistema electoral de Argentina, Petro ya sería presidente: tiene el 40% de los votos y se impone con más de 10% por encima del segundo. Pero no, acá el que gana se tiene que llevar 50% más uno y petro no logró ese “cambio en primera”. Ahí es donde el candidato del Pacto histórico comienza a perder. 8 millones de votos es prácticamente lo que sacó hace cuatro años. Muchos creen que llegó a su techo y que difícilmente puede superar sus resultados de primera vuelta. También pierde Petro porque frente a Rodolfo Hernández el rentable discurso antiuribista se agota.
El gran ganador de la jornada es indiscutiblemente Rodolfo Hernández y junto a él todo un fenómeno político que tiene que jalarnos la camisa para entender qué está pasando en la mente del país político. Rodolfo, quien maneja un discurso populista, no hizo campaña, limitó sus recorridos por el país y concentró sus esfuerzos en redes sociales. Un candidato que pese a sus formas, escándalos, la cachetada a un concejal, el lenguaje misógino y su declarada admiración a Hitler se impuso en las encuestas.
Pero de tantas cuentas, a los que más en rojo les quedó el saldo fue a los partidos. Hoy no les queda fácil llegar a la campaña de Hernández que abiertamente los desprecia y los tilda de gavillas. Menos llegarán a la campaña del Pacto Histórico pues desde hace meses esos partidos activaron el voto antipetro ¿Qué pasará?
Cualquier cosa, en las últimas tres semanas todo cambió para primera vuelta, así que en las próximas tres todo está por escribir. Recuerden, la política está de “relocos”.
