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Analistas 30/05/2019

Reducir, reusar y reciclar

María Fernanda Hernández
Experta en lujo internacional
Analista LR

La industria de la moda es una de las más contaminantes en el mundo, con prendas hechas a base de petróleo o materiales de recurso intensivo agrícola como el algodón. El proceso de manufactura frecuentemente involucra químicos agresivos y grandes cantidades de agua, sin olvidar los millones de toneladas de prendas sin usar las que terminan en basureros anualmente. Este problema se ha convertido en uno evidente para diseñadores y consumidores que buscan alternativas más amigables con el medio ambiente.

Marcas de talla mundial se han unido a la campaña ‘Make Fashion Circular’ con el fin de eliminar el desperdicio y la contaminación, buscando la reutilización de materiales. Stella McCartney, H&M, GAP, Nike y Burberry, entre otros, hacen parte de la iniciativa. La idea es buscar formas de reutilizar materiales y productos, disminuyendo la producción de nuevos textiles para lanzamientos cada temporada.

Sin embargo, esperar a que nuestras marcas favoritas se adapten a la onda eco-friendly puede tomar su tiempo. Es por eso por lo que muchos han optado por la tendencia de reusar prendas de segunda mano, tanto recientes como antiguas o vintage. Años atrás los almacenes de segunda mano, tenían connotación negativa, y eran un opción para aquellos que no podían pagar ropa nueva. Hoy en día en las capitales del mundo, en cambio, se ha tornado chic y cool comprar prendas usadas, sobre todo entre los jóvenes.

Los millennials y centennials tienen como prioridad nuestro planeta, y han encontrado la forma de vivir la moda y proteger el medio ambiente comprando piezas usadas. Hoy en día el crecimiento en las ventas de moda de segunda mano ha sido tal en el sector primario de lujo, que negocios como The RealReal ha podido expandir su negocio de reventas a nivel internacional.

Las ventas de segunda mano y vintage de productos de lujo, desde carteras Hermes hasta relojes Rolex, están sobresaliendo en plataformas dedicadas justamente a la reventa, llamando la atención de clientes jóvenes quienes buscan gangas y disminuir su huella de carbono. Ha sido tanto el éxito de estas plataformas que por ejemplo The RealReal planea salir a la venta en la bolsa dentro de dos años. Se espera que sus ventas en línea dupliquen y lleguen al billón de dólares anual.

La idea que teníamos de almacenes de segunda mano como sitios de cosas de baja calidad quedaron atrás y ahora el consumo de prendas usadas se ve como una oportunidad de reducir el consumo de moda, pero también como una oportunidad de hacer parte de un movimiento global y crear tendencias. En Colombia no nos hemos quedado atrás, hace tan solo un par de días Bogotá Auctions organizó una subasta de moda vintage de elementos de marcas como Dior, Chanel. Max Mara, Valentino y Versace incluyendo prendas, zapatos, joyas y abrigos. Charlotte Pieri, directora explica que “hay mercado para todo, pero hay qué crear esta demanda y generar un deseo de coleccionar y ofrecer estos objetos escasos”.

Por mi parte pienso que el mercado existe, ya que estamos en un momento donde la tendencia es reducir, reusar y reciclar, y qué mejor manera que reutilizar que con prendas icónicas y espectaculares. Todos queremos lucir únicos, y al combinar piezas de diferentes épocas y diferentes closets logramos looks increíbles e incomparables, que nos hacen sentir originales y nos dan paz mental al saber que estamos ayudando al planeta.

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