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Analistas 24/07/2013

De Samper a Rajoy

Marc Hofstetter
Profesor de la Universidad de los Andes
La República Más
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Son realmente llamativos los paralelos entre el elefante que cogobernó durante el gobierno Samper y el sonado caso Bárcenas-ex tesorero de PP de España, partido de gobierno encabezado por Mariano Rajoy. 
 
La historia comienza en ambos casos con denuncias mediáticas, sospechas, rumores. La reacción inicial de los involucrados fue negar los hechos. En el caso colombiano afirmaron que no había entrado dinero de la mafia a la campaña. Toda la cúpula de la misma unió esfuerzos para hacerlo. En el español dijeron que no había segunda contabilidad del partido y que nadie cobraba bajo cuerda. De nuevo, tanto los directos acusados como los demás directivos del partido aunaron esfuerzos para negar categóricamente las acusaciones.
 
Luego la prensa y la justicia empezaron a tejer el cerco sobre los respectivos tesoreros y directivos. En Colombia la cuerda se rompió hace casi veinte años cuando Fernando Botero confesó-en una entrevista en directo-que en efecto habían entrado recursos de la mafia a la campaña samperista y que eso no había ocurrido a espaldas del presidente. En España se acaba de romper con la aceptación de Bárcenas sobre la existencia de una segunda contabilidad en el PP y los pagos bajo cuerda a sus directivos, incluyendo al actual presidente de gobierno. En sobres cerrados se repartían sobresueldos con recursos del partido.  
 
Curiosamente una vez rota la cuerda parte de la defensa de ambos presidentes, Samper y Rajoy, se basó en ensalzar la deshonestidad de sus antiguos colaboradores. Samper alegó que no sólo no supo de la entrada de recursos oscuros sino que Botero se había robado parte del recaudo de la campaña. Con Bárcenas sucede algo similar. De hecho, la justicia trata de bloquear los fondos que fue almacenando por el mundo y que según algunos cálculos llegarían a los cincuenta millones de Euros. 
 
¿Y cómo terminaron las historias? Samper logró mantenerse en el poder. Sobrevivió al juicio en el Congreso. Quemó todo su caudal político en defenderse pero tuvo a su favor una situación económica boyante. Además, según dicen en los pasillos, contó con la ayuda del encargado de procesarlo, Heyne Mogollón, que  pasaría del anonimato al desprestigio.
 
Rajoy la tiene difícil para mantenerse en el poder. Su único acervo es que lleva poco allí y que el Psoe aun carga el lastre de la crisis reciente que explotó bajo su mando. Pero el país va muy mal y eso no ayuda. El caso Bárcenas alimenta la leyenda según la cual las cosas van como van porque se lo robaron todo. Las previsiones indican que el desempleo alcanzará 28% de la población activa; los españoles, muchos altamente preparados, emigran-desde 2009 la población española residente en el extranjero ha aumentado en 30%-; en regiones como Cataluña los jóvenes ninins-ni estudian ni trabajan-entre 15 y 24 años superan el 20% y se habla sin esperanza de una generación perdida; y para colmo las fuerzas independentistas especialmente las catalanas han avanzado hasta el punto de alistarse a preguntarle al pueblo sobre su voluntad soberanista. 
 
En medio de ese caldo Rajoy deberá convencer a la opinión pública de que todo fue a sus espaldas. No parece probable que lo vaya a lograr. Su espalda luce bastante más estrecha que la de Samper en su tiempo. Dudo que a la vuelta de un año alguien en España pueda publicar un libro con el título “El presidente que se iba a caer”. Hasta allá no llegará el paralelo. 
 
Twitter: @mahofste

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