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Analistas 04/01/2016

De Medellín y Bogotá

Marc Eichmann
Profesor MBA Universidad de los Andes
Analista LR
La República Más
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Si consideramos literalmente el logo de su campaña, Enrique Peñalosa representa hoy la esperanza de recuperar la ciudad para la mayoría de los bogotanos. Después de 12 años de dirigentes enfocados en criterios distintos para llevar bienestar a sus habitantes, el pragmatismo del alcalde entrante y el rigor en la ejecución de sus programas de gobierno traen consigo vientos de esperanza para una ciudadanía al borde del desespero.

Muchos de los problemas que hereda el alcalde están relacionados con la falta de capacidad de ejecución de Gustavo Petro y su dificultad de alinear los diferentes grupos de interés en torno a sus políticas. A estos factores se deben los problemas de retraso en el despliegue de la infraestructura de transporte necesaria por el crecimiento de la clase media, la desmejora de los indicadores de seguridad y la montaña rusa de la actividad constructora generada por la volatilidad en el POT. 

El fin del mandato del alcalde saliente, identificado en las redes sociales como “el día sin Petro”, deja al nuevo mandatario con problemas adicionales creados con saña por el exburgomaestre.  Los problemas legales que el Distrito tiene pendientes por la expropiación amañada de buses del Sitp a sus concesionarios amigos, la contratación desaforada de personal y la asignación populachera de subsidios al final del mandato, así como las zancadillas descaradas al despliegue futuro del sistema Transmilenio dificultarán la gestión del alcalde entrante.

Para colmar las expectativas de los bogotanos Enrique Peñalosa cuenta con la experiencia de haber sido alcalde y de contar con mayorías a nivel del Concejo Distrital. Sin embargo, independientemente de las decisiones de gobierno que termine tomando, no sobra que el equipo del alcalde estudie las acciones implementadas exitosamente en ciudades como Medellín para transformar la ciudad. 

Los medios mencionan repetidamente los logros del alcalde Anibal Gaviria en Medellín por la disminución de 75% en el índice de homicidios y 70% en la pobreza extrema en su cuatrienio. En movilidad resaltan la consolidación del sistema de transporte masivo con la ampliación del Metroplus, el despliegue del tranvía y metrocables adicionales y, la construcción de deprimidos en las vías más congestionadas y de obras como el puente de la Madre Laura. También han publicitado el proyecto del Parque del Río Medellín que incluye en su diseño 82 km de vías soterradas y es posible gracias a la descontaminación del río Medellín con la recién inaugurada planta de tratamiento de Bello.

La lección importante para Bogotá de los resultados logrados en Medellín es que fueron posibles por las  decisiones empresariales que el alcalde tomó en su principal proveedor de fondos: EPM. En EPM la integración de la cadena de suministro y la creación de un centro de servicios compartidos, la construcción de Hidroituango y la integración eficiente de la empresa de recolección de basuras Emvarias generaron los fondos necesarios para transformar la ciudad. Adicionalmente la fusión de UNE generó en dividendos más de $1,4 billones al tiempo que mantuvo el valor de la participación del municipio en la empresa gracias a las sinergias.

El alcalde Peñalosa tiene claro que se debe hacer para modernizar a Bogotá. El éxito para lograrlo, además de mantener el recaudo de impuestos, está en tomar las medidas apropiadas en las empresas del distrito para generar la caja suficiente para fondear los programas necesarios para la ciudad.

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