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Analistas 29/01/2019

¡Blandan las banderas!

Marc Eichmann
Profesor MBA Universidad de los Andes
Analista LR

Indignémonos, blandamos las banderas, parece ser la estrategia de moda para justificar las posturas de ciertos grupos sociales minoritarios con el fin de justificar o conseguir privilegios sobre el resto de la sociedad.

La moda reciente empezó con la bandera de la paz, ¿quién en su sano juicio se opondría a vivir en paz? Con esta bandera, izada sin recato ante cualquier objeción, se quiso firmar lo que a la postre no era el mejor acuerdo posible, sin derecho a pataleo de la mayoría que ganó el plebiscito del no. La intención de la estrategia, más que lograr un acuerdo sostenible, que a hoy ha demostrado haber perpetuado el narcotráfico, la minería ilegal y la presencia de bandas criminales en las regiones abandonadas por la guerrilla, fue impedir cualquier intención de optimizar el resultado de las negociaciones para facilitarle el trabajo al gobierno de turno.

Las banderas izadas muchas veces respaldan posturas éticamente discutibles, porque su intención es evitar un análisis profundo que permita tomar decisiones sensatas. Recientemente, el Ministerio de Hacienda decidió, en un afán por cerrar el hueco fiscal generado en gran parte por el crecimiento desenfrenado del gasto público en el gobierno anterior, girar los recursos de regalías directamente a los contratistas que ejecutan las obras por instrucción de las gobernaciones y otras entidades de carácter local. La medida, que genera más transparencia en la contratación pública descentralizada y le pone coto a la corrupción local, ha sido atacada por los funcionarios locales con la bandera de la descentralización, tildando al gobierno de centralista. El efecto buscado al izar las banderas de Santander es no dejar en claro que, bajo el nuevo esquema, las entidades descentralizadas siguen siendo los ordenadores del gasto, pero con transparencia y supervisión.

Blandir las banderas no es de expertos. Los estudiantes, izando la bandera de la educación, han exigido más recursos del Estado por medio de marchas que han demostrado tener su componente político. El estandarte de la calidad de la educación, expuesto con firmeza y convicción, ha impedido que la discusión se enfoque en la solución a las ineficiencias en la estructura del sector, incluyendo el poder político que mantiene Fecode como gremio con intereses particulares.

La estrategia descrita también aplica en el sector empresarial. Apoyadas en la necesidad de atraer la inversión al sector, las empresas de telecomunicaciones han convencido a su ministra de extender a veinte años renovables la asignación de espectro, quitándole de pasada el control de la política pública al gobierno. Un análisis más profundo permite concluir que, dada la estructura del sector a las empresas les es inevitable invertir, a riesgo de perder participación de mercado, así no se les amplíe el plazo.

En Venezuela, el chavismo, pese a que destruyó el aparato productivo de su país y tiene a su pueblo pasando hambre y enfermedades, se mantiene en el poder izando las banderas del intervencionismo yanqui y del poder del pueblo. Como en Venezuela, blandir banderas para justificar posiciones o exigir privilegios no es inofensivo, sino todo lo contrario, es un mecanismo de defraudación peligroso utilizado para lograr beneficios particulares a costa del resto de la sociedad. Siempre será mejor analizar a fondo para fijar posiciones.

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