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Es una noticia favorable para el país y la estabilidad del sistema financiero el reciente aumento del nivel de cobertura del seguro de depósito, el cual pasó de $20 millones a $50 millones. Este cambio viene acompañado de nuevas medidas para actualizar el mecanismo del seguro de depósito en la línea de las mejores prácticas, si se comparan con las recomendaciones de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), la Iadi (International Association of Deposit Insurers) y la FSB (Financial Stability Board).
¿Por qué es importante? Los seguros de depósito son uno de los instrumentos de política económica para proteger a los ahorradores del sistema financiero, en particular para ofrecerles confianza frente a una eventual liquidación de un establecimiento de crédito.
Desde los años 80 con los trabajos de Diamond y Dybvig sobre corridas bancarias y crisis financieras, es conocido el papel que desempeña un seguro de depósito en la prevención de dichos fenómenos. Sin embargo, para dimensionarlo basta con imaginar el escenario de una crisis bancaria en nuestro país en la que los ciudadanos no tengan un seguro de depósito que les garantice sus ahorros, en este caso el miedo a perder los ahorros generaría pánico entre los usuarios del sistema, ocasionando un colapso generalizado de la economía.
En cuanto al tamaño de la buena noticia del aumento del nivel de cobertura del seguro, es suficiente decir que desde 2000 no se modificaba el valor de 20 millones asegurados por depositante -excepto por un cambio en 2009 sobre el monto deducible - y en 17 años no se habían realizado los ajustes necesarios para mantener el valor real del depósito. En efecto, a pesar de la baja inflación en el país, si se tuviese en cuenta la inflación acumulada de esos años (115%), se tendría una pérdida del valor real del depósito cercana a 130%.
Para seguir dimensionando la relevancia de los cambios, vale la pena resaltar que con el nuevo nivel de cobertura del seguro de depósito de 50 millones se cubre cerca de 98% de los depositantes en el sistema financiero colombiano. Además, estos cambios no tienen costos para los ahorradores, para los bancos ni para el Gobierno Nacional, ya que el fondo no representa una contingencia fiscal o gasto del presupuesto general de la nación.
Otra dimensión de los cambios adoptados por Fogafin (Fondo de Garantías de Instituciones Financieras) mediante la Resolución 002/2017, es la revisión cada tres años del nivel de cobertura del seguro depósitos, basada principalmente en la inflación observada durante ese período. Si bien Colombia ha tenido una exitosa política para controlar la inflación desde que la Constitución de 1991 le dio independencia al Banco de la República, la pérdida de valor real de variables nominales es inevitable, de allí la importancia de que Fogafin actualice periódicamente el monto de sus coberturas.
Estos cambios en el seguro de depósito son, sin duda, una notable contribución al conjunto de políticas macroprudenciales en favor de una mayor estabilidad financiera, condición necesaria para el desarrollo económico del país. Una pregunta para los historiadores económicos, si estas medidas adoptadas no tenían costos y traen solo beneficios ¿por qué no se habían tomado estas medidas antes? Esa respuesta sin duda dejaría lecciones aprendidas para nuevas generaciones de tomadores de decisiones.