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Analistas 15/02/2023

A gastar se dijo

En muchos aspectos un país es como una empresa. A un país le aplican las dos acepciones de la palabra empresa perfectamente. La genérica, que sugiere una acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo, y también, la relativa a los negocios que describe una entidad en la que intervienen el capital y el trabajo como factores de producción. En este orden de ideas, los países al igual que las empresas deben propender por el crecimiento económico o de lo contrario se estancan.

Lo más importante que deben hacer las empresas y los países para crecer es invertir, no solo gastar. Recordemos cual es la diferencia entre inversión y gasto. La diferencia fundamental es que el gasto no genera rendimientos futuros. En cambio, la realización de una inversión presupone que habrá un retorno hacia adelante. Esta distinción es muy importante porque una inversión sugiere que una empresa o país está pensando en el futuro mientras que el gasto es un desembolso efímero que se hace en el presente sin esperar ningún beneficio posterior. Los gastos disminuyen los ingresos mientras que las inversiones tienen el potencial de aumentarlos.

Entender esta distinción es muy importante ante la propuesta que nos presenta el actual gobierno en materia de destinación del presupuesto. Casi que lo único que sale de los corredores de Palacio es como se van a gastar la plata, pero muy poco se dice sobre inversiones. Hablan de subsidiar peajes, de pasarle plata a los mal llamados ‘Gestores de Paz’, de apoyos directos a madres cabeza de familia y adultos mayores, de subsidiar el Soat, de subsidiar aún más los servicios públicos, de comprarle tierras a campesinos, de transferencias al programa ‘Hambre Cero’, de crear ministerios, de aumentar la burocracia del estado, etc.

Lo grave de todo esto es que el gobierno va a tener la chequera más abultada de la historia. El presidente contará en su primer año completo de gobierno con $405 billones. Además, al gobierno le llegará un regalo de $20 billones adicionales en forma de una adición presupuestal que está tramitándose en el congreso. Del presupuesto cerca de 80% se iría a cubrir gastos de funcionamiento y a servir la deuda. O sea que sobra poco para invertir. Y si además se materializan todas las propuestas de subsidios y giros directos nuevos que propone el presidente, ahí si nos quedaremos viendo un chispero.

¿Dónde están las propuestas de inversión en puertos, vías, aeropuertos, escuelas, acueductos, formación de docentes, hospitales, universidades, etc., y en todo aquello tangible que trasciende a un gobierno y que aporta al crecimiento? No lo sé. Pero todo parece indicar que a este gobierno no le interesan estos lujos para los ricos, como insinuó alguna vez el presidente Petro sobre las vías 4G.

Ha sido ampliamente demostrado que hay una estrecha correlación entre la inversión y el crecimiento. Por ejemplo, países como Singapur, Corea del Sur y Chile durante décadas destinaron importantes porciones de sus presupuestos a la inversión en infraestructura y educación. Sin duda esas inversiones, cuyos resultados no se verían en el corto plazo, le dieron a estos países impulso para desarrollarse. Desafortunadamente al ‘Pacto Histórico’ no parece interesarle esta realidad, si no mas bien gastar a todo dar para cultivar electores que le aseguren su permanencia en el poder.

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