.
Analistas 29/11/2019

¿Miedo a emprender?

Juan Carlos Zuleta Acevedo
Consultor en Emprendimiento e Innovación

Emprender da miedo. Y nos da a los que ya lo hemos hecho y a los que se van a lanzar por primera vez. El miedo no es otra cosa que la sensación de angustia frente a una situación peligrosa o incierta, y tiene su origen en la aversión natural de los seres humanos al riesgo. El riesgo incomoda, genera rechazo, expectativa e incertidumbre, pero es algo con lo que debemos aprender a convivir y de lo que también podemos sacar partido. De hecho, los que practican deportes extremos lo disfrutan.

Uno de los principales factores que más incide a la hora de tomar la decisión de emprender es el nivel de riesgo que estamos dispuestos a tolerar, porque el mundo del emprendimiento es impredecible y vamos a poner muchas cosas en juego: nuestro tiempo, esfuerzo y patrimonio. Tal vez los ahorros de muchos años de trabajo; préstamos de familiares, amigos, bancos o inversionistas; nuestros conocimientos y capacidades administrativas. Pero lo que hay detrás de todo esto y que es quizás lo que más nos cuesta es arriesgar nuestra credibilidad, porque antes de tomar cualquier decisión siempre nos enfrentaremos a una pregunta que nos atormenta, pero que al mismo tiempo mide nuestro nivel de compromiso y nos reta: ¿Qué pasa si las cosas no salen como las planeamos?

En el momento en que constituimos nuestro emprendimiento y nos convertimos en representantes legales, adquirimos nuevas responsabilidades, muchas de las cuales desconocemos debido a nuestra falta de experiencia y que no podemos evitar ni delegar. Esto también genera miedo. Ante nuestros clientes, somos responsables de entregarles productos o servicios de acuerdo con la promesa de valor que les ofrecimos, en el plazo indicado y con los estándares de calidad definidos. Y, de paso, también somos responsables de cobrar las facturas.

Si hemos contratado personal, debemos pagar sus salarios puntualmente, hacer los aportes a la seguridad social y velar por que el ambiente laboral sea agradable y cuente con todas las medidas de seguridad y salud en el trabajo. También tenemos la responsabilidad de pagarle a nuestros proveedores y acreedores dentro del plazo acordado, porque de esto dependen, en gran medida, su operación y el oportuno cumplimiento de sus obligaciones. Y así no nos guste, debemos pagar impuestos porque la ley es para todos y hay que cumplirla.

Una de las principales responsabilidades que tenemos los emprendedores es la de generar empleo decente, que además debería ser una de nuestras mayores motivaciones para asumir el riesgo de crear empresa, sobre todo en un país tan inestable como Colombia. Créanme: no hay nada que le genere más satisfacción a un emprendedor que el hecho de saber que gracias a su idea, a su iniciativa y a la capacidad de trabajar en equipo con sus empleados, les está mejorando su calidad de vida y la de sus familias, y está contribuyendo al desarrollo del país. Si es así, ¡vale la pena dejar el miedo y correr el riesgo de emprender!

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA