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Las obras de infraestructura se ejecutan para contribuir al bienestar de las comunidades que se benefician de su existencia, y con ello favorecer el progreso de las regiones y el país como un todo, para que sea competitivo a nivel internacional. Por lo tanto, a todos nos interesaría que estas obras fueran planeadas, diseñadas y construidas con calidad.
Este es un enunciado obvio. Sin embargo, profundicemos en el concepto de calidad en los materiales que se usan para construir la infraestructura, típicamente agregados pétreos, concretos, aceros, pavimentos, así como los suelos, sobre los cuales se cimientan dichos proyectos.
Para caracterizar estos materiales y suelos, así como para conocer su resistencia o resiliencia, se siguen estándares, como los desarrollados por Astm International, conocida antes del 2001 como la American Society for Testing and Materials, o de forma local, las Normas Técnicas Colombianas emitidas por el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (Icontec).
Los materiales enunciados atrás, al ser usados en alguna obra de infraestructura, se someten a ensayos de laboratorio, en instalaciones adecuadas para tal fin, dotadas con equipos de precisión para medir sus características y comportamiento frente a cargas y desgaste. El laboratorio típicamente está operado por profesionales y técnicos con competencias en las normas de ensayo y en el análisis de los resultados.
Adicionalmente, los laboratorios surten un proceso de acreditación con el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia, Onac. La acreditación les permite a los laboratorios, como Organismos Evaluadores de la Conformidad (OEC), asegurarles a sus clientes que los servicios de pruebas (ensayos de laboratorio) ofrecidos contribuyen significativamente a reducir los riesgos asociados a la calidad de los materiales.
Se esperaría entonces que las entidades encargadas de la contratación de proyectos de infraestructura exigieran, dentro de sus términos de condiciones para los contratos de obra e interventoría, que los ensayos de laboratorio para verificar la calidad de los materiales se hicieran en laboratorios acreditados por Onac.
No obstante, al revisar los términos de referencia en varias entidades públicas, se encuentra que existe una confusión entre lo que significa que un laboratorio esté acreditado y que el sistema de gestión del mismo esté certificado, por ejemplo, bajo las normas ISO9001. Son dos cosas distintas. Se identificó, además, que solo el Instituto de Desarrollo Urbano exige el uso de laboratorios acreditados.
Este es un llamado para que las entidades estatales que contratan obras de infraestructura promuevan el uso de laboratorios acreditados e incluyan en sus presupuestos valores adecuados a la prestación de un servicio de estas características. Las ventajas para la entidad, así como los beneficios para la sociedad son múltiples.
Con la acreditación se demuestra objetivamente la competencia técnica e imparcialidad en el desarrollo de las actividades. Se reducen los riesgos asociados a la calidad de los materiales y procesos, se disminuyen los reprocesos en la realización de las actividades debido al control estricto y detallado que se tiene en cada paso desde el ingreso de las muestras hasta la entrega del informe de resultados. Se garantiza además el cumplimiento de las normas técnicas de ensayo, y se genera así confianza en los clientes.
La acreditación representa el cumplimiento de requisitos internacionalmente aceptados, alineados con las mejores prácticas de evaluación de conformidad. Cabe mencionar que para mantener dicha acreditación se surten procesos de auditorías internas y externas (realizadas por el ente acreditador) que aseguran que se mantiene la competencia técnica en el tiempo.
En Colombia existen muchos laboratorios, pero muy pocos están acreditados.