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ANALISTAS 25/04/2025

No hay nada más extranjero que una máquina

El 23 de abril celebramos la riqueza y diversidad del idioma español. En un momento donde la tecnología de la inteligencia artificial generativa, IAG, se expande a todas las áreas del conocimiento y de actividad humana, las instituciones de educación superior debemos garantizar que todos los miembros de la sociedad comprendan que la tecnología es producto nuestro y como sociedad debemos garantizar que esté bajo control humano. Esto nos lleva a evaluar permanentemente su nivel de riesgo en función de su impacto sobre la dignidad de las personas, los seres vivos, la sociedad, el idioma español y las lenguas étnicas de nuestra región.

Hace cuatro años, el Instituto Cervantes en colaboración con la red Canoa presentaron un “Decálogo ético para una cultura digital panhispánica”. El Decálogo ético es un esfuerzo para compartir una visión sobre la IAG con la sociedad, buscando favorecer el progreso de las personas y de la sociedad a través del nuevo desarrollo del lenguaje ¿Qué directrices debemos adoptar para garantizar un futuro mejor moldeado por una IAG ética en un mundo donde los algoritmos tienen un sesgo lingüístico y es dominado por grandes empresas tecnológicas? La publicación de este decálogo se une a los esfuerzos por abordar la IAG desde una dimensión ética reconociendo el impacto que tiene en la sociedad.

El Decálogo busca garantizar que los sistemas de IAG sean seguros, transparentes, éticos e imparciales y que estén bajo control humano. Que no afecten negativamente la dignidad de las personas, los procesos vitales básicos y el funcionamiento de la sociedad.

También busca trabajar activamente para prevenir los sesgos discriminatorios por ideología, procedencia, género, brechas sociales o generacionales en la competencia funcional del español, manteniendo auditorías éticas para sistemas con impacto social o lingüístico; donde los sistemas de IAG sean diseñados de forma responsable e inclusiva respetando la autonomía de las personas y faciliten el acceso a los más vulnerables sin descuidar el derecho a la privacidad en la recopilación, tratamiento y uso de los datos.

El decálogo busca que se reconozca que la creatividad humana es insustituible en la ideación, construcción, dirección y evaluación de las capacidades generadoras de las máquinas. Y debe garantizar que las traducciones del idioma sean precisas y libres de sesgos, priorizando la traducción humana y los procesos de posedición.

Enseñar un idioma a una máquina es más que un ejercicio tecnológico, es una labor humanista, se afirma en el Decálogo. Los algoritmos con los que se desarrollan deben ser explicables y transparentes. Esto implica que todo texto, imagen, video, etc. generado por IA deberá tener una marca para que las personas sepan que ha sido procesado o generado en uno o varios pasos con una IAG. Las formas de expresión deben ser transparentes y sencillas, haciéndolas entendibles por cualquier tipo de colectivo, especialmente para los más vulnerables y sin distinción de los diferentes niveles de competencia digital de usuarias y usuarios.

El Decálogo nos recuerda que el grandioso avance, aprovechamiento y retos que nos plantea la tecnología, en particular la IAG no pueden tener una mirada meramente técnica. Y son las humanidades las que deben liderar estas discusiones y deben garantizar que todos los profesionales de todas las carreras tengan una sólida formación ética e interdisciplinaria que garantice la creatividad, el pensamiento sistémico y crítico, así como el acceso inclusivo, no solo por facilidad y disponibilidad de la tecnología sino por su accesibilidad cultura para todas las comunidades.

La Cátedra Unesco de Educación en Zonas Rurales y Aisladas en colaboración con el grupo Gistic de la Universidad Nacional de Colombia inicia el curso “Macondo: de la aldea global al aula digital” donde conversaremos con grandes escritoras y escritores del mundo panhispánico sobre estos temas.

El punto de referencia es la obra del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez quien de manera universal, viva y permanente, con sus 13 novelas, 42 cuentos, más 50 películas; un discurso sobre desarme, un ensayo llamado “Proclama Por un país al alcance de los niños”, que propone educación de la cuna a la tumba, además de una suma inusitada de columnas periodísticas que supera las 4.000, publicadas en diarios de los cinco continentes, nos ayudarán a mejorar nuestra comprensión del contexto en el que vivimos.

Felicitaciones a Luz Stella Millán Grajales quien con el apoyo de Fernando José Rodríguez Mesa y María Alejandra Guzmán Pardo están construyendo este curso que estará disponible no solo para estudiantes de la Universidad Nacional, sino para toda la ciudadanía a través de un formato híbrido.

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