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Analistas 16/04/2021

Se conoció el paquetazo

Ayer finalmente, después de semanas de especulación en los medios de comunicación y las redes sociales, el gobierno presentó formalmente el texto que busca una tercera reforma tributaria durante el mandato de Iván Duque. Una serie de iniciativas resultaron sorpresivas, por no decir exóticas. Otros textos del clausulado son verdaderos goles en fuera de lugar. Siempre se ha dicho que lo importante no es lo que se radica, sino lo que terminan aprobando los congresistas que en ocasiones no solo es distante, sino que muchas veces los textos definitivos van en sentido contrario al de la filosofía del texto original.

Dentro de las iniciativas tipo “sorpresa” aparece la posibilidad de que los alcaldes de grandes capitales ahora puedan imponer peajes urbanos, algo que una ciudad como Bogotá venía intentando hacer durante varias administraciones y no se había logrado por el Concejo. Ahora las alcaldías quedan con la posibilidad de aumentar impuestos distritales vía peajes, lo que desestimula la compra de vehículos con un impacto fiscal significativo. El tema es que ese recurso no cambia para nada la situación fiscal de la nación, ya que son cuentas aparte. Siempre se dijo que la gran motivación de toda la reforma era reorganizar las finanzas del Estado. Con los peajes urbanos se les da un caramelo suculento a los mandatarios para que no se vayan a atravesar con opiniones contrarias.

Un recurso sorpresa, en donde si comparten Nación y territorio, es la nueva sobretasa a la gasolina motor y ACPM, en donde recaudan por mitades. Entre peajes y gasolina, los alcaldes quedaron como ganadores. Un intento político inteligente. Falta ver si clasifica todo como está dentro de las comisiones.

Otra sorpresa es el IVA a facturas de servicios públicos domiciliarios de niveles socioeconómicos 4,5 y 6. Recordemos que en algunos casos esos servicios vienen cargados para estratos altos ya que incluyen tarifas reguladas con subsidios cruzados por los entes que vigilan el mercado. Ante tanta oposición mediática al posible IVA para productos de la canasta familiar, intentan recuperar ese IVA perdido en servicios, que por lo general son de buena cartera y pagos sanos, así que algunos hogares colombianos no verán aumento en el consumo de lo que comen, pero si un golpe grande en agua, luz, teléfono y gas. No es claro del texto que se conoció, si habrá IVA en servicios públicos a empresas, o si solo queda en hogares.

Los nuevos impuestos a salarios altos (10% en sueldos de más de 10 millones), junto a impuestos a pensiones de más de 4 millones y nuevos colombianos que ingresan al sistema tributario con salarios entre 1,6 y 4 millones son la estocada final. Un puñetazo al trabajo formal disminuyendo capacidad de ahorro. Todo un castigo que pocos entienden, por más explicaciones tecnócratas y sofisticadas de los grandes economistas del país. Le veo poco futuro político al texto en el Congreso.

Varios partidos han dicho públicamente que rechazarán toda la reforma, inclusive antes de conocer estas sorpresas. El gobierno Duque parece dispuesto a derretir a toda velocidad el poco capital político que le queda en un intento suicida. Como resultado veo que solo van a lograr empobrecer aún más a las familias colombianas. Un verdadero paquetazo.

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