Narcisista digital

Con el lamentable episodio de redes sociales que le ocurrió al presidente Petro esta semana, quedan explícitamente demostrados varios fenómenos. En primer lugar, se debe buscar un mecanismo para proteger las comunicaciones oficiales de la presidencia. Álvaro Uribe Vélez,

Donald Trump y otros mandatarios en el mundo han hecho en el pasado un uso desbordado de las herramientas de redes sociales, logrando mayor división, polarización y enojo en una importante porción de la población. Una cosa es que los políticos usen las redes en campaña, o cuando se encuentran en modo oposición para señalar errores del gobernante de turno. También son herramientas que sirven para hacer propuestas. Considero que no es válido cuando los políticos señalan errores de sus opositores sin entregar propuestas o alternativas.

El narcisismo de los gobernantes debe tener un límite. En Colombia actualmente nos toca de nuevo estar en manos de alguien que tiene el ego por las nubes, que además cree que todo lo que dice y hace es perfecto. En su narrativa Petro no comete errores y su visión de la realidad es única, irrepetible muy cercana a una utopía. Trinar y trinar todo el día, contestarle a los opositores en modo continuo le quita demasiadas horas del día para dedicarse a gobernar, que fue para lo que lo eligieron.

En pocos meses que lleva en el poder su patología mental ha crecido. Ha creado nuevos enemigos como Bukele, desarrollando una discusión digital innecesaria que no va a concluir en nada bueno para los involucrados. En sus trinos defiende lo indefendible, como los trinos que publicó durante el desarrollo del episodio traumático de la salida del expresidente de Perú, Castillo.

Cuando las situaciones llegan completamente al límite, a veces deja de defender lo indefendible de un momento a otro. Ejemplos abruptos abundan, como cuando decidió remover a la exministra de salud Carolina Corcho. La diferencia es que en casos como ese, deja de trinar, cambia el tema y lo convierte en un eterno silencio conveniente. El narcisista cree en su mente que todo va bien, que no comete errores y que los demás siempre son los responsables de las situaciones que pasan.

En el afán de la publicación se evidencia la necesidad inminente de ayuda profesional, específicamente en temas de comunicaciones digitales y de un eventual apoyo sicológico. No sería malo que Petro entregara el manejo de su Twitter a un tercero, experto en comunicaciones, para dejar de cometer errores, dedicarse a lo importante que es gobernar y dejar de escribir cosas para pasar al modo de hacer cosas. Es posible, aunque algunos no lo crean, tomar decisiones estratégicas y luego tomarse la foto y publicar el mensaje en redes. Al revés no funciona tan bien y se presta para las repetidas equivocaciones.

En el caso del ego y su narcisismo se requiere de alguien profesional en sicología que lo acompañe permanentemente y le ayude a entender la realidad, pues se ha alejado de ella gradualmente. Hoy vive en un universo paralelo donde los muy cercanos lo adulan constantemente y nadie se atreve a decirle la verdad. Muchas veces es necesario dentro del equipo cercano un contradictor que le ayude a abrir la mente, porque demás estamos hablando de alguien extremadamente terco y obstinado.