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Analistas 18/03/2022

Ideas y no personas

Terminaron las consultas y luego de varias jornadas de debates y entrevistas a los candidatos presidenciales en diferentes medios de comunicación en la semana que termina, se comenzaron a tocar algunos temas importantes para el país. Los votantes buscan ahora conocer a profundidad esas propuestas económicas, sociales, educativas, diplomáticas que tienen los candidatos finales para exhibir ante la sociedad. Infortunadamente, como ha pasado en ocasiones anteriores, y como sucede en muchas campañas presidenciales en otros países, inevitablemente seguimos confundiendo el objetivo final de los debates y aparecen recurrentemente señalamientos y ataques personales.

Es importante conocer ciertos detalles de la personalidad y algunos elementos concretos de los candidatos. Ya hemos visto todos a uno que es sistemáticamente mentiroso, a otro que evita tocar ciertos temas de alianzas, y a otros que prefieren olvidar su oscuro pasado. En uno de los recientes debates apareció el tema de la salud mental de uno de los candidatos. Creo que como hacen en Estados Unidos, los ciudadanos deben tener la información completa de la historia clínica médica de quien puede llegar a ser su presidente. Es importante conocer sus niveles cardíacos, niveles de colesterol, propensión a una diabetes o a un cáncer. Es igual de relevante conocer las enfermedades del pasado, especialmente para que los votantes tengan una mejor idea del cuadro de salud y si alguien que quiera posesionarse en Casa de Nariño, pudiera estar en un serio riesgo de enfermarse gravemente o de morir por su salud.

Algunos dirán que en la legislación ese tema hace parte de su privacidad y que es imposible pedir eso. Los políticos pierden del todo su privacidad cuando deciden ingresar a esa actividad. Me parece sano por ejemplo que los candidatos hagan durante la campaña una prueba de esfuerzo, un examen sicológico, y sería bueno también una pasada por el polígrafo. En ese escenario uno podría corroborar rápidamente quienes mienten más que otros.

Algunos medios de comunicación han caído en la tentación de exponer los temas de ataques personales, por encima de los serios debates que merece un país como Colombia. Privilegiar el rating o los likes a los temas profundos es una mirada de corto plazo. Se deben hacer las preguntas importantes que los candidatos buscan transmitir a los ciudadanos. Nadie ha discutido las nuevas relaciones internacionales con la invasión de Rusia a Ucrania. Pocos hablan de fortalecer el sistema educativo. Se debe avanzar en el proceso de lograr profesores bilingües (que son minoría) en los colegios y universidades.

Temas que no se han debatido: la matriz energética, los servicios públicos, las decisiones de los entes reguladores, la conexión a Internet en regiones apartadas, la ampliación de infraestructura vial, las políticas para impulsar negocios de emprendedores o de madres cabeza de familia. Necesitamos tomar una decisión que beneficie nuestros bolsillos, pero que sea viable y sostenible a largo plazo. La pandemia dejó una gran lección: es necesario repensar todo lo que se venía haciendo, ya que se puede mejorar o abaratar si se reflexiona desde la raíz de los problemas. Bienvenidos los debates de las ideas, no más debates de las personas.

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