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Analistas 10/07/2014

Final que no esperaban en Brasil

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La final del domingo en el Maracaná entre Alemania y Argentina es la tercera que juegan las dos selecciones. En México 86 en el Azteca, Argentina con Maradona, ganó 3-2 su segundo Mundial con goles de Brown, Valdano y Burruchaga. 4 años más tarde con Maradona lesionado, Argentina no logró frenar a Alemania en el Olímpico de Roma. Andreas Brehme convirtió un penal sobre Sergio Goycoechea, y su país, en pleno proceso de unificación, celebró tranquilamente y sin escándalos. Argentina intentará esta vez con una buena defensa (sin goles en los últimos 3 partidos) truncar a la máquina industrial de los alemanes.

Nos quedan para siempre las anécdotas. La sorpresa de la eliminación temprana de tres campeones: España, Inglaterra e Italia. El golazo de Cahill de Australia en el partido frente a Holanda. El mordisco del uruguayo Luis Suárez. La pobre actuación de Cristiano Ronaldo que se fue rápido del torneo. El inesperado primer lugar de Costa Rica en el grupo de la muerte de la mano del colombiano Jorge Luis Pinto. Las apariciones puntuales de Messi en goles definitivos para Argentina. La calidad y respeto por la pelota de Fellaini de Bélgica, con su espectacular afro de los 70. La aparición de un volante de creación auténtico como Valbuena de Francia, especialmente en la goleada a Suiza 5-2. La confesión de Arjen Robben de Holanda, admitiendo que se tiraba para fingir faltas. La lesión de Neymar en el partido con Colombia. La fortaleza y estructura del equipo chileno. La ruidosa celebración, con vuelta olímpica incluida, de Argelia al pasar a segunda ronda. También queda la canción que mas pegó en la afición local gracias al Banco Itaú en su publicidad. (Ver video Itaú)

La actuación de Colombia, como lo ven en la prensa internacional, se resume en la formidable aparición de un juvenil, James Rodríguez, que hasta hoy sigue siendo el goleador con 6 goles en 5 partidos. También impusimos otros récords, como el ingreso de Mondragón como jugador de mayor edad que actuó en un Mundial, los más de 100 partidos que completó Mario Alberto Yepes con el equipo y sobre todo Pablo Armero y las coreografías en las 12 celebraciones con baile de sabor colombiano.  

También ha sido un Mundial de buenos arqueros. El alemán Neuer revivió la posición de arquero-líbero que hacían en los años 80 René Higuita y otros, como Pedro Vivalda. Muy destacados Navas de Costa Rica y el volador Howard de EE.UU. La aparición de último momento de Krull, el suplente de Holanda, llamó la atención cuando ingresó para la definición de los penales frente a Costa Rica y tapó dos disparos. Nunca entendí al técnico Louis Van Gaal al dejarlo fuera en la definición frente a Argentina. 

El gran resumen del Mundial será para siempre el 7-1 de Alemania en Belo Horizonte. El campeonato se derrumbó en 6 minutos con tres goles mortales seguidos. Brasil está devastado. El país que respira fútbol en cada uno de sus puntos cardinales está hundido, apaleado, deprimido.  El verde y amarillo de la bandera, y el sentimiento colectivo de amor por una selección, están hoy de luto.  La alegría de las favelas se ha esfumado, los cánticos que alentaban a la selección han desaparecido y el fervor por cada uno de los jugadores está ahora escondido. Quien mejor resume ese sentimiento colectivo es el periodista brasileño Joao Valadares quien firmó el miércoles la portada del Correo Braziliense “Um vexame para a eternidade”. Una vejación eterna. 

Después de mi paso por Brasil siento angustia por los más de 200 millones de habitantes que conforman ese hermoso país, el quinto más grande del mundo, con geografía mágica, desigualdades, contrastes y favelas. Es triste ver la forma como aterrizaron a los amantes del futbol, que nos acogieron con tanto cariño y respeto, los que viven, respiran y aman el deporte más hermoso del mundo. Para ellos, para quienes el Maracaná es La Meca, me despediré el domingo desde la tribuna en la final con mi camiseta de Colombia ondeando nuestra bandera. Estadio Maracaná de Río, el mismo lugar donde James Rodríguez nos hizo llorar, convirtiendo el mejor gol de la historia de nuestro país.

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