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Analistas 04/12/2020

Exit al Brexit

Si uno quisiera resumir en una frase el desenlace abrupto que ha tenido todo el tema del Brexit, se podría decir que están cerca de un acuerdo, para finalizar el anterior acuerdo, y dejar un nuevo acuerdo, que sea menos traumático que irse del todo sin ningún tipo de acuerdo. Reino Unido y Europa están en la misma situación que las parejas que se quieren divorciar y no se ponen de acuerdo en cómo va a ser el manejo de las situaciones económicas una vez estén divorciados.

El objetivo común de tener un pacto antes de finalizar el año, realmente tiene una fecha límite anterior pues el texto debe ser traducido en su totalidad a los diferentes idiomas de los países involucrados. Para llegar a un texto definitivo la próxima semana alguna de las partes deberá hacer una cesión dramática en alguno de los tres puntos que aún están en discusión. El más viejo y duro de todos, es el tema de la pesca que impacta las industrias de muchos países del norte de Europa.

Los otros dos temas son de mucho detalle: la creación de un entorno competitivo equilibrado sostenible de largo plazo y por último la aplicación de los acuerdos. Es poco creíble que logren un avance en los próximos días, ya que esos temas han estado distantes desde el comienzo de la negociación inicial liderada por la ex primera ministra Theresa May. Esto quiere decir que avanzan y se acercan en todo lo demás, pero en las diferencias no hay punto de encuentro a la vista.

A nivel de medios de comunicación especializados, ambas partes insisten en que están “muy cerca” y que las diferencias son marginales. Los analistas del mercado realmente no saben que interpretar.

Los conocedores de temas de negociación internacional se preocupan pues el tiempo pasa y realmente no se avanza en lo fundamental. Hay señales contradictorias, y lo más grave puede ser lo que no se dice, más que lo que se dice. Reino Unido tiene sectores políticos extremos que prefieren una salida dura, sin acuerdo, así las consecuencias económicas de corto plazo sean devastadoras.

Desde el comienzo de la pandemia a la fecha, la libra esterlina ha tocado mínimos contra el dólar de 1,14 y ayer se cotizaba en 1,345, lo que representa una apreciación de la moneda de 18% en menos de un año. Si no se llega a un acuerdo rápido, probablemente la libra retornaría a un nivel por debajo de 1,25 en cuestión de días u horas, tal como sucedió en junio de 2016 el día de la votación del referendo. Este efecto, sumado a la incertidumbre de la implementación de la vacunación, la incertidumbre en la Opep sobre producción de petróleo y la tensión financiera de 2020 en los mercados, hacen que el panorama 2021 sea realmente incierto en las economías grandes.

Otros países seguramente van a verse afectados, no solamente por la natural devaluación de nuestras monedas contra el dólar, euro y otras monedas fuertes. La matriz económica internacional entra en total renegociación. Los británicos seguramente van a comenzar a buscar nuevos acuerdos y renegociar los que ya tienen. EE.UU. y Europa tampoco se van a quedar quietos. Ahora si todos los ojos del mundo apuntarán a China, que posiblemente sacará provecho de todo este desorden generado por el desafortunado desarrollo del Brexit. Por ahora no se ve el “exit” al Brexit.

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