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Analistas 14/09/2018

10 años y siguen los riesgos

Un día como mañana, hace diez años, los mercados financieros mundiales entraron en crisis total. El gigante bancario Lehman Brothers, en ese momento por tamaño el cuarto banco de inversión norteamericano, se declaró en bancarrota después de 158 años de existencia. Los efectos colaterales de la quiebra aún se sienten por toda la economía global.

El reconocido banco terminó disminuyendo en 95% el precio de acción en bolsa, frente al valor máximo de 2007. Durante 12 meses, de agosto 2007 a agosto 2008, poco a poco el mercado financiero comenzó a descubrir que lo que en un principio se consideró únicamente como un problema de liquidez del mercado interbancario, realmente era un problema mucho más estructural que desembarcó en una inmanejable crisis económica global.

No solo Lehman Brothers, grandes entidades crediticias como Freddie Mac y Fannie Mae sufrieron problemas de liquidez. Esa nueva “Gran Recesión” significó una caída del PIB de Estados Unidos únicamente comparable con la del crash de la bolsa de 1929.

La mala inversión en hipotecas basura y sus derivados, los activos tóxicos, terminó siendo un golpe letal que las calificadoras de riesgo no vieron venir, o no quisieron ver. Días antes de la emergencia hubo intentos y negociaciones del grupo directivo de Lehman Brothers con Bank of America y el grupo británico Barclays.

El proyecto de rescate privado por parte del mismo mercado no funcionó y el fracaso al final estalló en un monstruo marino de siete cabezas que no se apagó hasta que semanas después llegó el rescate financiero aprobado con fondos públicos por parte del Congreso.

En los diez años, la Reserva Federal tuvo que esperar casi tres años para subir tasas de interés a niveles que tenía antes de la crisis. En junio de este año nuevamente las lograron subir a 2%, cuando las tuvieron en mínimos de 0,5% durante el período de recuperación.

La tasa de cambio Euro/Dólar ha oscilado fuertemente en la década. En abril de 2008 alcanzó máximos históricos de 1,6 y en 2016 llegó a mínimos de 1,08. Las otras monedas en el mundo sufrieron, y el efecto Brexit aumentó la volatilidad y la especulación.

Aparecieron en la década novedades como Fintech y se desarrollaron nuevas plataformas de pago virtuales. Las compañías más valiosas del mercado casi todas son ahora las directa o indirectamente relacionadas con negocios de Internet.

En nuestro país la crisis pasó por el crash de Interbolsa, que no afectó al resto de entidades debido a la buena regulación que se diseñó después de la crisis bancaria de los 90 cuando se quebraron varios y aparecieron Fogafín con medidas de control y prevención de la Superfinanciera.

Estamos más blindados que otros mercados y las cifras de nuestras entidades bancarias muestran buenos niveles de patrimonio técnico, aunque la cartera ha crecido.

Con la llegada de tecnología blockchain y el despliegue de criptomonedas, observamos que los fundamentales económicos tienen todavía los mismos riesgos de siempre.

Los altos niveles de apalancamiento, márgenes de deuda sin límite, la codicia de algunos especuladores y otros fenómenos, más sicológicos que económicos, no han desaparecido.

El gráfico del precio de Bitcoin del último año muestra que las burbujas siguen apareciendo fácilmente, y que los incautos caen. Las lecciones no se aprenden. Búsqueda de dinero fácil, mucho nivel de deuda y agentes del mercado que se comportan por fuera de los límites racionales. Siguen los riesgos.

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