.
Analistas 04/03/2024

El corazón de la reactivación

Jonathan Malagón
Presidente de Asobancaria
JONATHAN MALAGON

Históricamente, alrededor del mundo, la vivienda está presente como el pilar de los procesos de recuperación económica, incluyendo programas de vivienda gratuita, esquemas de subsidio tanto a la oferta como a la demanda, arriendo social, mejoramientos y flexibilización normativa, entre otros.

Esto no ha sido distinto en el contexto nacional. Si bien es cierto que en Colombia los episodios de recesión o de bajo crecimiento son poco usuales, los desarrollos de la política de vivienda han florecido en estos escenarios. Durante el último siglo, de estos episodios han nacido elementos centrales como la primera institución dedicada al fomento de la vivienda, el Instituto de Crédito Territorial, en 1939, la creación del subsidio familiar de vivienda en la década de los 50, la vivienda de interés social en 1969, el Frech en 2008 o Mi Casa Ya en 2015, por mencionar algunos.

Este enfoque tiene una sustentación irrefutable. La vivienda cuenta con tres atributos centrales: tiene la capacidad de multiplicar, democratizar e irrigar bienestar en toda la economía. Multiplica porque, según datos de Fedesarrollo, por cada peso que se invierte en este sector, se generan 2,9 pesos adicionales en la economía. Democratiza porque, de acuerdo con el Ministerio de Vivienda, el sector constructor tiene encadenamientos, hacia adelante o hacia atrás, con 34 sectores de la economía, que representan 56% del aparato productivo si se tiene en cuenta la desagregación de las cuentas nacionales del Dane. Por último, irriga porque, directa o indirectamente, 1 de cada cinco puestos de trabajo los está generando el sector, de acuerdo con cálculos del DNP. No existe otro sector que tenga esa capacidad de impactar en esa magnitud a toda nuestra economía.

Conscientes de esto, el sector financiero empezó, desde hace cerca de un año, a poner su grano de arena para impulsar la recuperación económica a través de la vivienda. A pesar del contexto de un alto costo de captación y una elevada tasa de política monetaria, desde marzo del año pasado la tasa de interés de créditos hipotecarios VIS ha disminuido 278 puntos básicos. Incluso, en términos reales, las tasas de 2023 y 2022 fueron las más bajas del siglo. En otras palabras, las entidades financieras estrecharon autónomamente sus márgenes para continuar financiando el sueño de vivienda propia de los colombianos.

Y, por supuesto, se puede hacer más. El sector ha puesto a consideración cinco propuestas encaminadas a dinamizar el sector vivienda. Primero, modificar el LTI No VIS de 30% a 40% para que más hogares puedan adquirir una vivienda en este segmento. Segundo, permitir un alivio temporal a las familias que reestructuren sus deudas para que no pierdan su subsidio familiar de vivienda. Tercero, profundizar el alcance de la preasignación VIP habilitada por el Ministerio de Vivienda, para que este mecanismo incluya la vivienda VIS. Esto daría mayor certeza sobre los subsidios y sería una gran herramienta de inclusión de hogares y de promoción de crédito constructor. Cuarto, revivir la línea de garantía para vivienda VIS y pensar en un mecanismo para que cubra los créditos complementarios al mejoramiento. Por último, reforzar la concurrencia regional que viene trabajando el Ministerio, para que los municipios sean aliados centrales en la reactivación de la vivienda.

Trabajando conjuntamente podremos hacer de la vivienda el corazón de la reactivación en Colombia.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA