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Analistas 22/10/2022

Un metaverso vacío

Javier Villamizar
Managing Director

Una de las apuestas más importantes de la industria de tecnología en los últimos dieciocho meses ha sido la construcción de los llamados metaversos, estos mundos virtuales donde nuestros gemelos digitales o avatares viven y nos permiten experimentar mundos inmersivos similares a los que ofrecen algunos videojuegos. No hay duda de que los metaversos se han puesto de moda, representando para algunos el futuro, mientras que para otros no son más que una frivolidad. Aunque nadie duda del potencial de estas plataformas que permiten que las realidades digitales de distintas personas se junten para trabajar, jugar y colaborar, los resultados de las compañías pioneras en la materia como Meta, Decentraland y SandBox no resultan alentadores.

Meta, la compañía detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp, a pesar de invertir más de US$10.000 millones en 2021 y US$5.700 millones más en 2022, en el desarrollo de su plataforma de software y hardware se ha quedado corta en alcanzar sus objetivos de alcanzar 500.000 usuarios activos mensuales y vender decenas de millones de dispositivos Oculus. El no haber podido cumplir con las expectativas del mercado se refleja en una caída de más de 60% en el valor en bolsa de la compañía en lo que llevamos del año.

Según un artículo reciente del Wall Street Journal, en el metaverso de Meta, conocido como “Horizon Worlds” solo 9 % de los mundos son visitados por al menos 50 personas, y la mayoría nunca son visitados. Además, una gran mayoría de los usuarios no regresaron a los espacios virtuales de “Horizon Worlds” después del primer mes en la plataforma.

En el caso de los proyectos de metaverso basados en la cadena de bloques (blockchain) como Decentraland y Sandbox, los reportes recientes también indican una baja actividad diaria de los usuarios en sus plataformas. Y aunque las compañías hayan salido a refutar cifras publicadas por analistas de blockchain, donde de por si todas las transacciones son públicas, la falta de interés de los usuarios por interactuar y realizar transacciones se ve reflejada en la caída estrepitosa en la cotización de las monedas virtuales (tokens) detrás de estos metaversos. Por los últimos dos años, cientos de millones de dólares han sido invertidos en la compra de activos inmobiliarios y finca raíz en estos metaversos, con la esperanza de que su valor se incrementará con el aumento de la utilidad y los beneficios que se ofrecen a los propietarios, así como con el crecimiento exponencial de los usuarios activos en las plataformas, lo cual es hoy es incierto y atrae un alto número de especuladores a este espacio.

Aunque los datos de utilización sean cuestionados por las plataformas, la realidad sigue siendo la misma: hay muy pocos usuarios en los metaversos. Incluso con los números de tráfico más altos reportados en Twitter por los equipos de SandBox y Decentraland tratando de apaciguar a sus detractores, no hay duda que estos metaversos están completamente vacíos en comparación con otras redes sociales.

Como muchos otros productos tecnológicos, la implementación actual de los metaversos puede parecer una idea interesante para ser explorada, pero una vez los usuarios se meten de lleno en ella y descubren que la experiencia es inferior a las expectativas y las cosas interesantes y con un mínimo de sentido que hacer se acaban rápidamente, el interés se desvanece y terminan en el olvido. Lo que es indudable es que los metaversos constituyen todavía un territorio nuevo e inexplorado y llevará tiempo lograr una adopción masiva.

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