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Analistas 25/10/2022

Retar nuestros no negociables

Javier Tovar Márquez
Profesor Inalde Business School

En 2008, en París, dos jóvenes, bajo el concepto de coste marginal cero, se atrevieron a retar uno de los problemas de transporte público de mayor impacto en la sociedad para ese entonces. Se preguntaron sobre la posibilidad de hacer uso de la capacidad ociosa en los vehículos privados que transitaban por avenidas y calles. Cuestionaron si esta barrera de entrada (prestación de servicio de taxis por privados) podría verse como una oportunidad para solucionar una necesidad que llevaba décadas sin resolverse. Para generar agilidad en el servicio usaron tecnología y, con el acceso y confirmación de datos a través de una aplicación, brindaron las garantías de seguridad que millones de usuarios y conductores venían pidiendo desde hacía tiempo. Estas dos personas se llaman Garrett Camp y Travis Kalanick y son los creadores de la plataforma UBER.

Analicemos una segunda historia: los vuelos al espacio realizados en la segunda mitad del siglo pasado solo podían realizarlos agencias espaciales con astronautas que tenían varios años de formación técnica y científica. Sin embargo, el 15 de septiembre de 2021 la primera tripulación compuesta por civiles despegó hacia el espacio exterior gracias a SpaceX, la compañía de Elon Musk. SpaceX ha retado a toda una industria y muy seguramente marcará la pauta para la exploración de un mercado que aún nos cuesta imaginar.

Nuestra tercera historia tiene que ver con la economía. Hasta hace muy poco, la única institución con reconocimiento para gestionar el sistema monetario, crediticio y cambiario de un país era el banco central, pero, al igual que en nuestras dos historias anteriores, en 2008, Satoshi Nakamoto se atrevió a retar algunos de los principios más importantes del sistema monetario y creó el bitcoin. El resto es historia.

Pero, ¿qué tienen en común los casos de UBER, SPACEX y los Bitcoins? Que las personas y empresas detrás de estos proyectos fueron capaces de revisar y construir sobre lo que en su momento no estaba permitido, así como de entender los límites de una industria para crear un nuevo sector y generar un valor que hasta ese momento no estaba definido: desafiaron los límites y generaron valor sobre los no negociables. El sistema de límites fue desarrollado por el profesor Robert Simons de la Universidad de Harvard. Su postulado principal se puede resumir en que, bajo el establecimiento de límites claros y bien comunicados, las organizaciones encontrarán su foco en la ejecución y en el cumplimiento de su misión, propósito y objetivos. La magia del sistema de límites se fundamenta en establecer “el que” no se debe hacer.

En la vida personal y empresarial, los no negociables muchas veces atienden a reglas que han permanecido estáticas y a las que probablemente no hemos hecho las suficientes preguntas para garantizar su vigencia. Algunos ejemplos que ilustran esta realidad: en las sociedades modernas hablamos del espíritu emprendedor; sin embargo, en muchos colegios está prohibido que los niños aprendan a vender en sus horas de descanso, a negociar y por ende a familiarizarse desde pequeños con el valor del dinero, la importancia de las empresas, el ahorro y de sus finanzas personales. Muchas de nuestras organizaciones siguen mirando a proveedores y colaboradores con desconfianza y como agentes sobre los cuales se debe obtener el mayor margen posible, cuando la realidad atiende a que el valor generado se desprende de una correcta evaluación de la disposición a vender por cada uno de ellos (willingness to sell), entre muchos otros casos.

Para encontrar soluciones en un mundo incierto es necesario revisar los problemas con nuevas herramientas.

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